lunes, 30 de mayo de 2016

ILUSIONES





ILUSIONES
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¡Oh, divina carcajada!,
que nos lanzas a la vida,
no hay escape ni salida
y el todo siempre es la nada.
En tu hechicera celada,
entra sin invitación
la ilusión.
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Es toda visión humana
virtud de una sacra idea,
de un universo que crea
esa implosión soberana,
mas la finitud cercana
rompe de esta condición
la ilusión.
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Cálamo de vanidades
son nuestras fastuosas plumas,
como del mar las espumas
serán en sus oquedades.
Nuestras más tristes verdades
son de un sueño la ficción,
la ilusión.
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Y, así, de un sueño evidente,
ya sea verdad o mentira,
de mí quedará la lira,
su ingenua voz, su torrente.
Retoñará dulcemente
de otra nueva inspiración
la ilusión.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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MARÍA MAGDALENA





MARÍA MAGDALENA ( alejandrinos )



No, no sé cómo amarlo mientras muero de pena;
ha vuelto hoy a su pueblo como un divino santo
y, quienes le buscaban con quejas y con llanto,
escupirán su rostro, pedirán su condena.
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No, no puedo entenderlo, de su boca gloriosa
amé el sacro universo y mansa le seguía,
si no acepto su empeño la culpa es toda mía
por disputarle al cielo su esencia luminosa.
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Es tan burda mi lucha contra el sino fatal.
¡Escucha, Dios, escucha!, deja libre al cordero,
salva, Padre, a tu hijo de un acto criminal,
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de la saña y la ira, ¿no ves cuánto lo quiero?,
yo te entrego mi alma, le doy mi alma al mal,
cuánto pidas te diera….porque sin él me muero.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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EN LAS DURAS Y EN LAS MADURAS





( Melòdico )

EN LAS DURAS Y EN LAS MADURAS

Por la senda fortuita de la vida,
se desanda la noria del destino,
lo que siempre hallarás por el camino
se deduce del punto de partida.

En las duras la tórrida embestida
dejará la impresión de su cansino
y letal espejismo sibilino
para luego emprender la despedida.

Llegarán sin dudar mejores vientos.
Sin preguntas, sin cálidas promesas,
dejaremos atrás las desventuras

de los malos y tristes desalientos;
echaremos en falta sus remesas
porque tiempo será de las maduras.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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LA SABIDURÍA DE LOS AÑOS





LA SABIDURÍA DE LOS AÑOS

Sabio, quizás he sido o lo contrario,
no tanto como hubiese yo querido,
lo que aprendí lo sé porque he vivido
usufructuando todo anecdotario.

De la emoción añil de mi prontuario
no puedo desandar lo ya aprendido,
soñé, reí, canté cada latido,
sufrí, lloré y amé lo necesario.

Es el conocimiento mi legado,
la voz de este maduro y roto espejo
donde brilla la luz de lo ganado.
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No me quejo de nada, no me quejo,
el saber es un don casi sagrado,
aunque suela llegar cuando estás viejo.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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lunes, 23 de mayo de 2016

AMOR VIRTUAL






AMOR VIRTUAL


¿Eres, mujer, de carne o primavera?,
¿eres, diosa virtual, deidad pagana
que cruzas de mi muro la frontera?,
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solamente tu piel de porcelana,
el néctar de lo mágico y prohibido,
me espera en la “web cam” cada mañana.

El grito de mi piel, cada gemido,
hasta el útero blando de tu esencia
ha sido eternamente retenido

por la cámara gris de tu consciencia.
El fuego intermitente de tu beso
que fue el goce vital de mi existencia,

hoy va en la llave maya del travieso
fraude que te produce tal placer,
y de un juego de amor me encuentro preso.

Y, como siempre suele suceder,
quizás esto sería irrelevante,
si tú, bruja infernal, maldita amante,
no hubieses dado copia a mi mujer.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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viernes, 20 de mayo de 2016

MONASTERIO DE LA MUERTE




MONASTERIO DE LA MUERTE



Al pie de los relámpagos boreales,
fiel a mis convicciones me presento,
tras las murallas mudas y mortales
de la vieja abadía y su convento.
Entre los olvidados de la suerte,
los ábregos invictos de la muerte,
se aprestan al desgarro en sus entrañas;
me interno en la prisión de inquisidores,
en la pálida piel de estas montañas,
para invertir un nudo de temores.
Arrastran las borrascas mundanales
el fuego más corrupto y lapidario
en la trémula luz de sus fanales
y el empedrado valle solitario.
Mi alma que ha descansar no se convida
sospecha del maléfico castigo,
pierde aquel que lo encuentra toda vida,
muere sin santo indulto y sin abrigo.
Reviso el mar de pruebas y de escombros
en el sancta sanctorum de la luna,
pero la infiel misión sobre mis hombros
pesa como jamás pesó ninguna.
Ni el voto de pobreza franciscano,
ni el hábito de fe benedictino,
ni el hálito sagrado que redime
tienen la potestad de este gusano,
de este infernal parásito asesino
que bebe de su sangre y les exprime.
Es la mortal e infecta sanguijuela
quien los mata en silencio sin que duela.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados.
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