miércoles, 22 de octubre de 2014

A Darío ( alejandrinos )



Escuela Parnasiana
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A Darío ( alejandrinos )
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Tú tienes esa gracia por todos envidiada,
la lira inexorable, el cantar del turpial,
es tu verso de esencia terrena y celestial,
de Apolo tiene el fuego y de Aquiles la espada.

Es tu voz imponente la perla cultivada,
dormida en arrecifes de vértigo abismal,
un mar es tu poesía de palpito inmortal,
profunda y tumultuosa con su espuma plateada.

En ti toda la lengua fenece empobrecida,
el paisaje de Luxor emula tu silueta
y ni tu sombra ostenta posarse ante tus pies.

Nicaragua te besa. ¡Oh, musa bendecida!,
exuberante vuelves con tu luz de cometa
y es tu vuelo dorado como el halcón maltés.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Auroras (Estrofa escocesa o habbie )



Auroras (Estrofa escocesa o habbie )

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Un espejismo, un ensueño,
embrujo leve y pequeño
que se despierta risueño
con tibia calma,
deja en la aurora un empeño
que toca el alma.

Con el gozo por la vida
la luz se torna atrevida
flotando en belleza ungida
al manto agreste,
y el rìo canta en su huìda
azul celeste.

En el ebúrneo delirio
de este precioso equilibrio
ufano despierta el lirio,
florece el mundo
y hay entre nubes un cirio
claro y rotundo.

La tierra mueve sus manos,
hay resplandores lozanos
en son de acordes tempranos,
y entre la greda
con tersos rayos profanos
el sol se hospeda.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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La Margarita ( tercetos encadenados )



La Margarita ( tercetos encadenados )
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Me llama por placer: La Margarita,
dice que no me quiere para nada
pero al mirarme absorto resucita.

Se entrega totalmente en la mirada
y es sombra que palpita de erotismo
deshojando mi flora consumada.

Y al borde del placer vuelve en sí mismo,
domina silencioso el entusiasmo
y su feroz orgullo en cataclismo.

Ese torrente al filo del orgasmo,
cuando encarno en el pétalo, le hiere.
Y al deshojarme así, con frío espasmo,
comprueba que me quiere y no me quiere.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Me quiere y no me quiere… ( tercetos encadenados )



Me quiere y no me quiere… ( tercetos encadenados )
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Me quiere en la siniestra madrugada,
desprovisto de calma y de consuelo
humedece de llanto su mirada.

Y no quiere quererme, ese es su duelo,
se ha obligado a sí mismo a la discordia
de huir cuando me ve con vil recelo.

Me abraza dócilmente y soy la gloria
de sus noches en vela y abstinencia,
sus pupilas me cuentan esa historia.

Mas besarlo es insulto a su prudencia,
es desafiar sus miedos infinitos
que oculta con mortal indiferencia.

Cuando sus manos tocan son dos gritos
palpando en la fragancia de mi escote
la cumbre de sus sueños favoritos,

más traga lo que siente en el gañote
con un orgullo fiero y despiadado
y deja de quererme de rebote.

Se enamoró hasta el punto del pecado,
de mis ojos sedosos, envolventes,
y de mi cuerpo firme y pronunciado,

mas sus labios atizan inclementes
bondades infectadas de repulsa
contra mí con belleza entre los dientes.

Y luego de la forma más convulsa
le trastorno su excéntrico ritual,
se destierra de su misión insulsa
y me ama con instinto celestial.

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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Fortunata y Jacinta


Fortunata y Jacinta
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De este amor tan vetusto e inconsciente
se llenaba de sueños Fortunata,
la vanidad de Juan tornóse ingrata
y a dos damas marcó severamente.
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Postales de pasión que, injustamente,
dejaron hondas huellas escarlata.
Jacinta en su desgracia se percata
de que hay en este duelo un inocente,

un niño en desamparo e indefenso,
la flor inmaculada entre el cinismo,
un rostro que hoy la envuelve de ternura
.
y descubre en su ser cariño inmenso.
El infame “Delfín” y su egoísmo
no teñirán sus días de amargura.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Ilusiones ( Guaroj )



Ilusiones ( Guaroj )
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A mis pasiones retorno
bajo un cierzo de ceniza,
mi pena levanta el vuelo
como alondra fugitiva.
Mis labios muerden la ausencia
que me ha dejado tu herida,
vuelvo la vista al pasado
tras mi ilusión hecha ruinas.
A mis pasiones retorno
como alondra fugitiva.

Amores que asumí eternos
son fosas entre mis días,
esas promesas de un tiempo
se han esfumado en la brisa,
hondas ternezas, instantes,
rojas pasiones suicidas
dejaron de ser vitales
como la sangre y la vida.
Amores que asumí eternos
se han esfumado en la brisa.

Para esas flores ajadas,
que fueron frescas un día,
traigo bouquets y guirnaldas,
guarda mi alma poesías,
una corona de calas
de rocío humedecida
con lágrimas de mis noches
solas, sinceras, sentidas.
Para esa flores ajadas
guarda mi alma poesías.

La fugaz eternidad
de la ilusión más sumisa
es como ola en el mar,
es rosa que el sol marchita.
El eco de todo ayer
hacia las sombras camina
y el río vuelve a nacer
con aguas más cristalinas.
La fugaz eternidad
es rosa que el sol marchita.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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El día de San Isidro.



El día de San Isidro.
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Quisiera olvidar el día
aquel de claro esplendor,
y al Santo del labrador
tan lleno de algarabía.
Por ser la reina podía
ponerme un traje de gala,
tacones de aguja diez
y un chal con luz de bengala.

¡Muñeca!, decían todos,
¡cintura de avispa!, ¡Musa!,
estaba patidifusa;
sobraron también los modos,
los gestos altisonantes,
la vil y mortal envidia
de damas muy repugnantes.

Mi paso entre la cizaña
se erguía hasta la tribuna,
-la reina solo era una-
y ahí empezaba mi hazaña.
Hervía el sol de montaña,
sopor de estruendo y bullicio,
en medio de aquel bochorno
subí a la rampa de oficio.

Llegó mi turno de hablar
a toda la concurrencia,
por más que tuve prudencia
caí al querer caminar.
El cura quiso ayudar
tomándome por detrás,
rasgué su vieja sotana…
quedó en calzones, sin más.

El amor ( letrilla)



El amor ( letrilla)



En la cúspide del beso,
de ingrávida arquitectura,
hay una tersa hermosura
que nunca te deja ileso.
¿ Es ese instinto travieso
orlado en gracia y vigor
el amor?

En las hélices del llanto,
que corta toda esperanza,
cruje la exigua confianza
por tanto miedo y quebranto.
La fe trae un níveo canto
contra el rapaz opresor:
el amor.

Y en la flora silenciosa
o el piélago cristalino
siempre un lenguaje divino
emerge de forma airosa,
en esa vida imperiosa
hay un mensaje ulterior,
el amor.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Glosa a Bécquer


Glosa a Bécquer


Al céfiro
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Céfiro dulce, que vagando alado
entre las frescas, purpurinas flores,
con blando beso robas sus olores
para extenderlos por el verde prado,

las quejas de mi afán y mi cuidado
lleva a la que, al mirar, mata de amores,
y dile que un alivio a mis dolores
dé y un con suelo al ánimo angustiado.

Pero no vayas, no; que si la vieras
y, tomando sus labios por claveles,
el aroma gustar de ellos quisieras,

cual con las otras flores hacer sueles,
aunque a mi mal el término pusieras,
tendría de tu acción celos crueles.
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G.A. Bécquer


Primera glosa
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Céfiro dulce que vagando alado
por tersas frondas de tus resplandores,
con blando beso robas sus olores
y te diluyes en crisol dorado,

las quejas de mi afán y mi cuidado
lleva a la que ambiciono con fervores,
y dile que un alivio a mis dolores
me otorgue por piedad con desenfado.

Pero no vayas, no; que si la vieras,
frente a sus senos púberes en mieles
el aroma gustar de ellos quisieras.

Ya tu pasión libó de tantas pieles.
Aunque a mi mal el término pusieras,
maldijera tu manto de oropeles.


Segunda glosa:
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Sol que estremeces al lirio plateado
entre las frescas, purpurinas flores,
llevas intensos vuelos de colores
para extenderlos por el verde prado.

Mi enhiesta pena y mi amor disfrazado
lleva a la que, al mirar, mata de amores,
que un gesto de sus ojos soñadores
de y un consuelo al ánimo angustiado.

Más no puedo evitar que si lo hicieras,
y, tomando sus labios por claveles,
al néctar de su piel lo corrompieras

cual con las otras flores hacer sueles.
Burlado por tus manos hechiceras
tendría de tu acción celos crueles.


Poema completo
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Sol que estremeces al lirio plateado
por tersas frondas de tus resplandores,
llevas intensos vuelos de colores
y te diluyes en crisol dorado,

mi enhiesta pena, ensueño disfrazado,
lleva a la que ambiciono con fervores,
que un gesto de sus ojos soñadores
me otorgue por piedad con desenfado.
.
Mas no puedo evitar que si lo hicieras
frente a sus senos púberes en mieles
al néctar de su piel lo corrompieras.
.
Ya tu pasión libó de tantas pieles.
Burlado por tus manos hechiceras
maldijera tu manto de oropeles.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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domingo, 12 de octubre de 2014

Amanecida ( soneto a duo con Angel Cazorla Olmo )





Amanecida ( soneto a duo con Angel Cazorla Olmo )

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Tiembla en mi cuerpo una ilusiòn lejana,
quizá por unos besos prometidos,
y en su contorno cálidos sentidos
le dan luz y belleza a la mañana.

Pájaro en celo y sol de mi ventana,
aceleran mi sangre y sus latidos,
hay un soplo de helechos encendidos
en el dulce rumor de la fontana.

En mi pecho, callada, amanecida,
se ha dormido una estrella desvelada
con su intensa belleza florecida

y ha dejado detrás la madrugada.
Trocò el alma la huella de su huìda
en su largo camino hacia la nada
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Mardy Mesèn R.

Angel Cazorla O.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Era una tarde




Era una tarde

Era una tarde en la que el sol huía,
y él me miraba con fervor lozano,
primera cita, el vuelo del verano,
y su inquietud al lado de la mía.

Era el amor en mágica osadía,
el primer beso con sabor profano,
escalofrío al roce de una mano
que anclaba al muslo en íntima alegría.

Primera vez, el goce a media voz,
deseo en fuga que a la piel despierta,
y esa pasión con brotes de locura.

El tiempo pasa, fluye tan veloz,
fue la inocencia quien abrió esa puerta,
y en el recuerdo aflora su ternura.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Yerta




Yerta

Frente a su imagen yerta y sepultada
y con mi rostro hundido entre las manos,
borré todos los sentimientos vanos
con llanto de impotencia desolada.

No alzó para mirarme su mirada,
y escuálidos impulsos diluvianos
golpearon a los mármoles ufanos
para exhumar su sombra de la nada.

Las flores van ungidas de tristeza,
¡Oh, Madre!, sale el sol y no es lo mismo
entre la pesadumbre del jardín.

Hay un lirio que tiene tu pureza,
es tu rostro en la aurora un espejismo,
y el luto de mi ser no tiene fin.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Este hijo mío





Este hijo mío


Este hijo mìo
que me cubriò de alborada
desde su llanto,
que llamò por vez primera a la luz
desde sus ojos,
hizo crecer montañas en mi pecho,
abriò surcos de ternura en mi alma
con sus pasos pequeños,
con la corteza blanda de sus manos.
A este hijo que he amado
le he visto retoñar ilusiones,
su primavera envuelve mi mirada,
y hay en la savia firme de mis brazos
un alfabeto nuevo de cariño
para nombrarlo siempre.
Este hijo de la luna y mi sonrisa,
con su tropel de venas encendidas,
amado desde el canto de la aurora
hasta el ùltimo beso de la estrella,
es una mar en calma embravecida,
los pètalos del sol en mi universo,
la vital filigrana de lo eterno,
y el amor más profundo de mi vida.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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El Águila y la flecha ( Poesía Fabulista )




El Águila y la flecha ( Poesía Fabulista )
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Entretenida al borde de un peñasco,
confiando en no tener jamás un chasco,
el águila de cálculo imperial
atisba entre la fronda a un animal.
Se jacta de su enfoque silencioso,
directa es su mirada al delicioso
banquete de conejos inocentes,
bástele un pico a quien no tiene dientes.
El asesino es gran depredador
pero no ve en la sombra a un cazador.
A solo unos diez metros de su nido
le lanzan una flecha y no es Cupido,
dispara al corazón, en raudo hecho,
una lanza con plumas de su pecho.
"¡Qué broma tan insulsa y descarada,
he ido por lana y vengo trasquilada!".
Desde el triste peñasco se desploma
el águila embustera en su maroma.
De sus plumas vencidas el sudario.
De la terca ambición a su calvario.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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