martes, 12 de diciembre de 2017

A ENRIQUE MORENTE


A ENRIQUE MORENTE
HOMENAJE PÓSTUMO
.
No mueren las estrellas en el cielo
porque su luz trasciende hasta la muerte,
y a tu estrella la vela el mudo celo
.
de este espejismo roto de mi suerte.
En tu sombra y quejío busco abrigo,
y ya hubiera querido conocerte,
.
beberme esa emoción de ser tu amigo,
pedirte una limosna de tus versos
y que besaras mi alma de mendigo.
.
En tu cante de pálpitos diversos,
de hambre sin límites por innovar,
yo hallé el rostro de nuevos universos
.
que iba por siempre a honrar y venerar.
Payo, andaluz, gitano, granaíno…,
tu voz de fuego viste retoñar
.
conservando el fulgor de lo divino,
abonada de amor y eternidad
en el cante flamenco y su camino.
.
A mi infancia llegó tu claridad
en la voz de mi madre, en aquel huerto,
era tu cante toda su verdad…
.
Y hoy tú, igual que mi madre, yaces muerto…,
mas queda a buen recaudo en mi memoria
lo dulce de su amor y aquel concierto
.
que en Cataluña fue mágica historia.
¡Cuántos sueños armé con la emoción
de un rítmico melisma, y cuánta gloria
.
le ha dado tu talento a esta nación!
¿Existieron quizás otros mejores?
Dice que no mi amante convicción.
.
Es por eso que busco en mis amores
esa rosa que es solo para ti,
y mi pena te ofrezco como flores…
.
porque al morirte tú también morí.
El trece de diciembre, Enrique, el trece
un crespón en mi alma te cedí.
.
y no vale que llore, grite o rece
a tu recuerdo amable, a tu figura,
porque mi pena no desaparece
.
y no hay olvido para mi amargura.
No era tu amiga, no, ni alguien cercana,
mas mi amistad te di de forma pura.
.
Siete años han pasado. Esta mañana
mi corazón está en el Albaicín
y es mi mirada oscura y tan lejana
.
como el pálido mar de mi confín.
Estás pero no estás, y a mi alma llega
ese alegro que no consigue el fin…,
.
tu cante clásico y el rock de “Omega”,
el legado inmortal que ungió tu esencia.
Habrás partido ya, mas fue tu entrega
la luz, el faro, el sol de mi existencia.
.
Mardy Mesén/ Rocío Alburquerque
12 de diciembre de 2017

jueves, 31 de agosto de 2017

CORONA DE SONETOS A ANTONIO MACHADO





Corona de sonetos
dedicado a Antonio Machado


Soneto madre

Tuvo mi corazón, encrucijada
de cien caminos, todos pasajeros,
un gentío sin cita ni posada,
como en andén ruidoso de viajeros.

Hizo a los cuatro vientos su jornada,
disperso el corazón por cien senderos
de llana tierra o piedra aborrascada,
y a la suerte, en el mar, de cien veleros,

Hoy, enjambre que torna a su colmena
cuando el bando de cuervos enronquece
en busca de su peña denegrida,

vuelve mi corazón a su faena,
con néctares del campo que florece
y el luto de la tarde desabrida.

Antonio Machado
********************************

Soneto I
.
Tuvo mi corazón, encrucijada
de recuerdos y enfáticas opciones,
una súbita pena atravesada
al evocar antiguas pulsaciones.

No comprendió el latido apenas nada
en la etapa de aciagas decisiones,
allá donde la duda estuvo anclada,
aguardando respuesta a sus cuestiones.

Elegir entre crónicas dispares
le llevó a los difusos paraderos
en que el sino quebraba sus pilares.

Ignoró los cadalsos venideros,
pues vio las perspectivas similares
de cien caminos, todos pasajeros.

María Rosales Palencia
.
Soneto II
.
De cien caminos, todos pasajeros,
convergen en mi mente mil vivencias,
mil sueños destrozados, mil te quieros,
mil tristes despedidas, mil dolencias,

que transcriben en versos los jilgueros;
y siento que me invaden las presencias
de cien pobres mortales, limosneros,
arrastrando costales de impotencias.

Me asalta, despiadado y contundente,
cargando a paso lento sus lesiones
al son de una canción desentonada

que suena en mi interior constantemente,
desvelando ante mí sus frustraciones,
un gentío sin cita ni posada.
.
Luis Salvador Trinidad
.
Soneto III
.
Un gentío, sin cita ni posada
traspasaba las últimas fronteras
de una España llorosa, ensangrentada,
que lleva de estandarte sus quimeras.
.
Vinimos de una tierra desgarrada
por el odio, la guerra, por las fieras
y partí con tristeza en la mirada
al encuentro de nuevas primaveras.
.
Albergué pensamientos en la mente
de aquellos que lucharon en la vida
con el honor que claman los guerreros.
.
Con brazos que sostienen al doliente,
me fugué con el alma malherida
como en andén ruidoso de viajeros.
.
Manolo Gimeno Cervera
.
Soneto IV
.
Como en andén ruidoso de viajeros,
perseguían mis pasos la amarilla
puesta del sol en busca de luceros
para alumbrar la oscura y vaga orilla.
.
Sepultada en los humos de los meros,
mi existencia de ensueños, tan sencilla,
vio morir a sus frutos prisioneros
sin ver el resplandor de su semilla.
.
Ahora, con la luz de intenso amor
y en mi pecho una aurora defraudada,
olvido toda muerte y el dolor
.
que brotaba de mi alma enamorada,
pues la viva esperanza, sin temor,
hizo a los cuatro vientos su jornada.
.
Teresa Amado Nervo
.
Soneto V

Hizo a los cuatro vientos su jornada.
Mi fe burló renuncias y derrotas,
y a piélagos peinó su risa alada
con alas de ilusión fieras e ignotas.

Fue ariete de la luz de la alborada,
y, en el salve del mar, las densas gotas
bautizaron su piel ensimismada
con un vaivén de espumas y gaviotas.

Llevaba el fiel pendón de los afanes
y el más honroso pan entre los panes
a las mesas de sueños traicioneros.

Mas no hay tiempo que vuelva o retroceda,
después de amar y amar, tan solo queda
disperso el corazón por cien senderos.
.
Mardy Mesén Rodríguez
.
Soneto VI

Disperso el corazón por cien senderos,
probó de cada uno sus sabores;
y, mientras se llenaba de agujeros
en cada despedida, dejó flores.

No le importaba si eran verdaderos
aquellos que ofrecían sus amores;
cien veces se entregó casi que en cueros,
sin dejar un espacio a los temores.

Y, cuando el sol cayendo en el paisaje
le anuncia que la parca ya se acerca,
insiste en disfrutar de la mirada

que sabe despertarle su coraje,
libando de la rosa dulce y terca
de llana tierra o piedra aborrascada.
.
Helena Restrepo
.
Soneto VII
.
De tierra llana o piedra aborrascada,
soy aluvión de arena en el bajío,
la patria de la bula enmarañada,
el luto del flamenco y su quejío.

El suelo en la marisma abandonada,
la suerte del burlón yerto de frío
en boca de una triste madrugada
al pairo en una barca junto al río.

Así mi corazón, abismo y soga,
disfraza sus sentidos prisioneros,
en esta cárcel que su paz ahoga.

No pide sino al cabo conmoveros
con esta pátina de mar que boga,
y a la suerte, en el mar, de cien veleros.
.
Enrique Sabaté
.
Soneto VIII
.
Y a la suerte, en el mar, de cien veleros
apuesto el fiel destino de mis pasos,
ese largo camino de luceros
con que siembran las noches los ocasos.

Me enfrento con mis miedos más sinceros
ocultos en la piel de los fracasos,
y en mi andar por los múltiples eneros
compruebo que los dones son escasos.

Mi viaje es gran duelo caprichoso,
enredado en las mil bifurcaciones
que no dejan sus huellas en la arena.

Un paseo cansado y silencioso
donde vuelan sin fin las ilusiones,
hoy enjambre que torna a su colmena.
.
Tere Bas
.
Soneto IX
.
Hoy, enjambre que torna a su colmena
cuando la noche vuelve a sus entrañas,
otro mundo renace y envenena
y hasta al propio sol cierra las pestañas.

Va perdiendo el orgullo la voz plena,
la paz del río ondea entre las cañas,
rige el silencio, príncipe en su almena,
hoy camino al albor de almas extrañas.

Tanta belleza ahoga mi recelo,
me rindo ante su esencia más oscura,
si hasta el color más vivo palidece

cuando el atardecer se acerca al suelo,
y las chicharras sitian la cordura
cuando el bando de cuervos enronquece.
.
Juan Risueño Lorente
.
Soneto X
.
Cuando el bando de cuervos enronquece,
el agua en los terrones se hace esclava,
la falda en la montaña reverdece
con la linfa de lluvia, pronta y brava.

El tiempo con sus horas enloquece
y a paso de gigante se deprava,
agota juventudes y florece
la vejez que se enquista y que se agrava.

Las manos se hacen duras, quedan rotas,
banderas de ilusión son tan remotas
que arrasan con el hoy en presta huida.

Es entonces la nieve en la montaña
la que pule la arruga y se enmaraña
en busca de su peña denegrida.
.
Carlos Corredor Camara
.
Soneto XI
.
En busca de su peña denegrida,
oculta y olvidada en la espesura,
se refugió del mundo y de la vida
mi corazón hendido de amargura.

Por mucho que la busque, está perdida.
Se la llevó los años, su figura
jamás regresará, que la partida
es algo inevitable -¡Qué locura

comete quien intenta regresar
a un tiempo ya pasado, necio idiota!-
me dije reventado por la pena

y convertí el presente en nuevo hogar.
Aunque el dolor me rompa, no es derrota;
vuelve mi corazón a su faena.
.
Luis Valero de Bernabé
.
Soneto XII
.
Vuelve mi corazón a su faena
reconstruyendo, torpe, los pedazos,
y circunda la mar, de luna llena,
la línea dibujada con sus trazos.

Desprende su aura tanta, tanta pena,
que es hidra que sofoca en sus abrazos,
tentáculo de sal, amor de arena,
uncido a la razón de antiguos lazos.

Y deseo diluir con tu figura
el calor que infundiste en mis entrañas
potenciando la noche que amanece.

Se impone un rictus pleno de amargura
mientras se unen sombrías telarañas
con néctares del campo que florece.
.
Inmaculada Nogueras Montiel
.
Soneto XIII
.
Con néctares del campo que florece
y alardea la luz con mil cabriolas,
vuelve el aire del mar, que me estremece
con el aroma a sal y a caracolas.

Vuelve el aire del mar y me parece
que me voy disolviendo y que las olas
acarician el duelo que entorpece
este ir y venir de carambolas.

Y, si me subo al monte a ver el río,
me embarga la emoción que me rodea:
los guijarros al sol llenos de vida.
.
Mas, si aparece el cierzo en el plantío,
confluyen la nostalgia y la marea
y el luto de la tarde desabrida.
.
Teresa Fernandez
.
Soneto XIV
.
Y el luto de la tarde desabrida
se acerca por el viento de poniente,
trayéndome esa brisa indefinida
que aplaca las miserias del creyente.
.
Te vi zurciendo el mar, de luz prendida,
dejándole en la espuma tu simiente.
Te veo, ante el altar, desguarnecida,
serena, firme, impávida y valiente,
.
rogándole a los dioses de las sombras
que dejen a los duendes del camino
velar, en los senderos, mi pisada,
.
e impidan al taimado, a quien no nombras,
llegar a esa terrible, cuyo sino
tuvo mi corazón, encrucijada.
.
Marcos Circenses
.
Autores:
1- María Rosales Palencia
2- Luis Salvador Trinidad
3- Manolo Gimeno Cervera
4- Teresa Amado Nervo
5- Mardy Mesén Rodríguez
6- Helena Restrepo
7- Enrique Sabaté
8- Tere Bas
9- Juan Risueño Lorente
10- Carlos Corredor Camara
11- Luis Valero de Bernabé
12- Inmaculada Nogueras Montiel
13- Teresa Fernandez
14- Marcos Circenses
Con la colaboración de Mar Garcia.

DIURNO CATACLISMO




DIURNO CATACLISMO



Arde en mí, fulgente, como un cataclismo,
brilla en el espejo de mi gris mirada
la llama invisible, quieta y desbordada,
la suave avalancha del romanticismo .

Dejó atrás mi pena porque, en su espejismo,
de la pasión quiero su caricia alada,
del mar infinito, la audaz marejada;
del halcón en vuelo, su raudo optimismo.

Su Santo Grial busco desde la belleza
que un sol encendido teje en el oriente;
quiero ser el soplo que se despereza,
.
levantar mis huesos del duelo inclemente…,
y besar la vida aun con la certeza
de que infiel y hermosa otra vez me miente.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©.

METAMORFOSIS




METAMORFOSIS



Tala mis verdes colores
y germinaré en palabras;
cuando mis páginas abras,
leerás la piel de mis flores.

De mi tronco en estertores,
brota nueva anatomía,
negras letras, la grafía
que aúpa el conocimiento.
Doy mi savia en testamento
a quien feliz me leería.


Metamorfosis,
hojas extintas forman
blancas cuartillas.

Mardy Mesén R.

San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©.

LEJANÍA




LEJANÍA



Me alejo de emociones y resuellos,
olvido los recuerdos de tu olvido;
calma busca mi piel tras lo vivido,
aire nuevo que agite mis cabellos.

De los rayos del sol quiero sus sellos,
de la fresca pradera, su latido;
mi soberbia quietud hará algún nido
en la queja del viento y sus destellos.

Silencioso esplendor de blancas flores,
no hay desamparo estéril en tu encanto
ni nostalgia proscrita o pesadumbre.

He perdido al amor de mis amores,
mas un zorzal me anuncia con su canto
que se ensancha mi paz frente a su lumbre.

Mardy Mesén R.

San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©.