lunes, 28 de abril de 2014

Verde en flor (octavas italianas)



Verde en flor (octavas italianas)


Silvestre es el color de la esperanza
bañado por las gotas de rocío,
verde de trino que deshoja al río
son las alas también del ruiseñor.
La soberbia pradera, verde intenso,
como virgen tendida hacia el ocaso
se enciende en el fulgor que va de paso
y hay un dorado encanto en cada flor.

En la aurora vital el verde avanza,
herbal es su lozano desvarío,
calostro de la luz al sembradío
que comulga hacia el sol con esplendor.
En el bosque hay un lírico celaje
que despierta a la fronda sin retraso,
guijarros rubios brillan en escaso
tañido que se funde en el verdor.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

El Bailaor ( romancillo exasílabo )



El Bailaor ( romancillo exasílabo )


Quiere mi derrota
mirar en silencio
la dulce silueta
perdida en sus vuelos.
El tacón robusto,
el aire de fuego
que brama en las manos
de ese forastero
despierta ese cante
jondo en mi desierto
y vibran sus palmas
con fuerza de hierro.
Me tiemblan los ojos
en pos de su aliento
y en la noche gimen
sus rojos destellos.
Cuerdas de guitarra
trocan los recuerdos
y un dolor se nombra
por entre los dedos.
En su mundo gira
mi ardiente sosiego
¡Olé del espasmo
que agita mi cuerpo!
Cadencia gitana,
fulgores intensos
como un torbellino
del cielo al infierno.
La sangre se agolpa
y oprime en el pecho
mi estrecha codicia
por sus ojos negros.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

viernes, 25 de abril de 2014

La drosera ( Décima- alegórica )





La drosera   ( Décima- alegórica )


Abre sus fauces de seda
sobre andamios de colores
“la drosera” entre las flores
para engañar a quien pueda.

Con feroces resplandores
le gusta atar al confiado
incauto que está a su lado,
es sigilosa en su fin
como la calumnia ruin
de un miserable irritado.



Mardy Mesén R.

San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Paisaje de mi tierra (Gaita Gallega)



Paisaje de mi tierra (Gaita Gallega)


Brama la tierra en la fresca neblina
donde el sinsonte se viste de canto,
cambia la aurora su pálido manto
por la turgente explosión ambarina.

Brama la tierra, febril, campesina,
sobre la verde ambición, entretanto,
una paloma con quieto quebranto
muda sus alas de seda opalina.

Y se dispersan al vals de los trinos
hojas salvajes, robustas en vuelo,
como si fueran al sol pergaminos,

lanzas del aire con rumbo hacia el cielo.
Vientos celestes de fieros molinos,
soplo de vida que inquieta al riachuelo.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Nocturno a la tristeza ( soneto heroico)




Nocturno a la tristeza ( soneto heroico)


De nuevo en la inquietud que está en penumbra
se encarna la visión de algún olvido
que al filo de la noche va encendido
por esa oscuridad que lo deslumbra.

Oleajes de pasión la luna encumbra.
Anillo de la luz, metal pulido,
por tu eje celestial he sido herido
en tersa gravedad que no vislumbra

volver a acariciar la paz airosa.
Se nutre del placer de mi tristeza
con su aire tras la bruma silenciosa.

Nocturno cenital. Mi llanto reza:
¿Adónde encontraré la oculta rosa
que pueda acotejarse a mi pureza?



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

jueves, 10 de abril de 2014

La Edad de la Inocencia (Romance heroico)



La Edad de la Inocencia (Romance heroico)



Somos ese detalle insospechado
al borde del placer, siempre en silencio,
en el encanto mustio de una entrega
que muere entre prejuicios y conceptos.
Somos el esplendor de la cigarra
rendida frente al sol de ese secreto,
un roce de las manos insolente
ardiéndonos sin fin dentro del pecho.
El éxtasis viral, la fantasía,
que nos ofrece el vértigo del celo,
el espectro social nos da la espalda
y atamos nuestras ansias al misterio
de denostar el rumbo establecido
sin recato y pudor por tal deseo.
Nuestro destino es círculo infinito
que gira en la ruleta de un velero.
¡Vuélveme a ver así, de frente al faro
que sellará el adiós de nuestros cuerpos!

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Los imperdonables ( romance heroico)



Los imperdonables ( romance heroico)



Es el hambre la sórdida frontera
que mueve la ambición de sus entrañas,
no entiende de otras voces, la justicia
es en sus manos precio y amenaza.
En el viejo burdel ya las mujeres
han entendido a golpes su desgracia
y encuentran en un lobo solitario
al gatillo triunfal para su drama.
Mientras la corrupción late en el pueblo
un hombre entre las sombras se acicala
con un revólver marca el desenlace
y se cobra con sangre la desgracia.
El viudo convertido en un sicario
deja un mortal rumor tras de su caza:
“no existirá mujer en desamparo
si una buena escopeta la respalda”
Y el pregón se ha extendido hacia el oeste:
“Hay un matón que busca a los canallas”.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Confesión (romance endecasílabo)



Confesión (romance endecasílabo)


Canto febril de otoño en primavera,
lejos ya del hechizo que primero
fuera canto de luz, divino asombro,
celeste, añil, azul como aquel cielo.
Dorado por el sol, cual fiero bronce,
eras de la pasión el justo premio,
un efebo de sal, glorioso, en busca
de dejarle a la historia tu recuerdo
profanabas el viento con tus alas,
el fuego del placer llevabas dentro,
pero un rapaz así desdeña el claro
paisaje del precioso sentimiento.
Por eso me contuve a tu capricho,
al goce de la piel con casto esfuerzo,
a ese glauco esmeralda de tus ojos
como una flor dormida en cautiverio.
Pero ha pasado tanto en nuestras vidas
que sin pensar en más hoy lo confieso.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

martes, 8 de abril de 2014

Orgullo ( ovillejos enlazados )






Orgullo   ( ovillejos enlazados )


Como el eco de un murmullo
de orgullo,
y en el umbral de la hora
que llora,
va por los riscos sin calma
mi alma.

En la emoción que se empalma
con tu recuerdo más puro
buscando un sitio seguro
de orgullo llora mi alma.

Fuimos un beso de gloria,
historia,
de un juego en contra de Dios,
de dos,
de las caricias constantes,
amantes.

De Eros fuimos militantes,
prestos sin más prevención,
fue nuestra breve ambición
historia de dos amantes.


De aquel sentir venturero
no quiero,
volverte a ver, añorarte,
amarte,
para vivir un revés,
ya ves.

Es imposible después
sentir miseria absoluta
por tu pasión que permuta
no quiero amarte, ya ves.

Lanzo este fuego sediento
al viento,
y no sé si volverá.
Se va,
con un dolor que disfrazo,
tu abrazo.

Para tu amor sin reemplazo
no habrá un olvido posible,
ruge un dolor intangible…
al viento se va tu abrazo


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Frida





Frida


Frida, de turbulencia y de derroche,
de agonía reluciente,
el grito de color que mimetiza el lienzo.
Hacia tu pecho, la luna ensangrentada
clavó su fiel insignia, su zarpazo.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

No debemos olvidarte




No debemos olvidarte


Otra nube vendrá sobre este cielo,
un nido se disolverá
entre las sombras de la inercia.
Tengo aún tu trino,
el alba de tu juventud,
el fuego de tu pensamiento en mi regazo
como una página en blanco
clavada en la cruz del porvenir.

Imploro al sol
tu vida con mi silencio
en este esfuerzo que dibuja
todas las formas dolorosas
de mi horror.

La vida,
esa que existe para los otros,
te hospeda en su guarida
de tumba,
de ostracismo salvaje,
y deja para mí
un sórdido calabozo de recuerdos.

Esta plaza es el cordón umbilical
de mi universo,
es el grito que no desaparece,
el código de amor
infinito,
un mercado de agonías
que nos dilata la esperanza,
una luz que despierta la conciencia,
como una rosa erguida en su sangre
pidiendo germinar
entre hojas muertas,
diciendo con sus espinas y sus huellas:
“el otro soy yo, el otro soy yo…
no debemos olvidarle”.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Vampiro





Vampiro

El grito de las sombras le despierta
en la fría extensión de su guarida,
con su aleteo deja estremecida
la fronda que en silencio está desierta.

Con el sonido ve, va siempre alerta,
le tildan de roedor y de homicida,
por ignorancia burda y desmedida
esgrimen que no hay sangre en su alma muerta.

En su aspecto, mortal escalofrío,
revives el terror de lo violento
y un vampiro te muerde en desvarío.

Con su mirada olvidas que es un cuento,
y vuelves a caer en el vacío
del Drácula temido y tan sangriento.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Oda al celular




Oda al celular

¿Será posible estar en todos lados,
y ser del ostracismo militante?
Pues ya los celulares lo han logrado
y todo el que lo tiene es importante.
El hombre se ha aferrado a los smartphones
como quién lleva puesto el salvavidas,
y escoge con delirio entre sus ringtones
un beat hasta para ánimas perdidas.
¡Oh celular que mueves mis latidos
que amigos me reparas a granel!
Entre todos mis apps, los preferidos,
son los que me liberan del papel,
del trámite engorroso, del despacho,
de las visitas necias al vecino,
me puedo aislar también del populacho
cuando voy conectada en el camino.
¡Invento de los dioses, fiel amigo!
quiero llevarte a mi póstuma suerte,
no vaya a ser que ese el mortal abrigo
solo sea catalepsia y no mi muerte.



Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.

A Griselda




A Griselda mi gata en su partida


El mundo que persigues se ha acabado,
tus saltos no me esperan en la puerta
ni puede entrar el sol por la ventana
que pintaba de luz tu alma de felpa.

El frío es tan amargo como el viento,
no queda espacio en mí para tu ausencia,
me encuentro a tientas, sola entre la casa,
buscando el haz de luz de tu silueta.

Despierto en la pupila del recuerdo
a la tersa caricia de tu huella,
al beso de nariz de las mañanas
y a tu fuerza vital de gata inquieta.

Despierto para ver si ya volviste
solo para aferrarme a la tristeza
de verte reposar entre los juncos
bajo la sombra inerte de la hierba.

¿A dónde llevarás todos tus juegos
y el brillo que persiguen tus piruetas?
¿A dónde llevaré mi sed de encuentro
con esa lumbre gris de tu existencia?

Solo quiero decir que me hallo sola,
con el luto de ti por toda pena,
que el último estertor de tu partida
ahogó la tinta rota de mis venas.

Con lobreguez profunda ya he regado
los terrones resecos que te encierran.
Siempre ángeles de piel han perfumado
los rincones más tiernos de mi esencia.


Mardy Mesén R.
Derechos Reservados
San José, Marzo 26, 2014.

Engaños ( tercetos encadenados polirrítmicos)




Engaños ( tercetos encadenados polirrítmicos)



Quiero corresponder tu hipocresía,
¿cómo en la falsedad de tus entrañas
puse mis sentimientos con porfía?

Se muere la inocencia pues me engañas,
la cálida emoción de haberte amado
naufraga por tus sórdidas patrañas.

Desperté de ese afecto equivocado
al compás de tu cruel indiferencia
y volver a caer está vetado.

Invocaré la piel de otra existencia,
para olvidar el orco tan maldito
que me dejó tu lúgubre presencia.

Intento comprender tu ardiente grito
al margen de este infiel resentimiento,
sabiendo que en la cama estás marchito
y al borde del ridículo, presiento.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©