Soledad

Soledad    

Una sequía responde
al llamado del alma,
germina en la oquedad
de mi presencia.
El verso desfallece abriéndose paso
en la humedad del recuerdo.

Soledad,
déjame tu sosiego
como una perla gris
en la palma de mi mano.

Aguárdame,
 en la fosa disoluta
donde el latido olvida su lenguaje
y se desgarra el luto de las horas.

Un bosque ya se anuda a mi garganta,
me abruma su presencia
imponderable,
extiende por mi cuerpo su follaje
y me cubre de ausencias
y de ramas.

Soledad,
se ha quebrado mi última palabra.




Mardy Mesén R.
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En Soledad (soneto dactílico)

En Soledad


Mi corazón es un nudo de olas
un llanto al sur de ningún meridiano,
una estación sin refugio temprano
donde he versado inquietudes a solas.

Llevan mis venas alud de cabriolas
sobre un camino que antojo lejano,
como un esbozo de un juego profano
que fue el matiz de ampulosas corolas.

Por lo demás se acelera el instante
cual pensamiento que es ágil destello,
en breve ofrenda de ser discordante.

Y entre las horas de ciego hermetismo,
se aleja el mundo en un quieto resuello
mientras exhalo mi fe hacia mí mismo.

Mardy Mesén R.
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Rastros de Soledad

Rastros de Soledad

Sobre un rastro de luz
teje mi corazón de soledad
sus murallas
al son del barro y de la piedra.

Escucha su propio camino
como un murmullo
que galopa,
que siembra soles en un día olvidado
para ofrendarlos a la historia del silencio,
como un cirio de inquietud
de un oficio nuevo
que no alberga sacrificio
sino alegría por la ausencia.

Acude mi paso a la legión del tiempo
con todas mis muertes silenciosas
que esperan por el brote
de aquella extinta flor
llamada libertad.

Mardy Mesén R.
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Sujeta al viento


Así, perpetrador, casi inocente,
anclado a los abismos más profundos,
así quiero mirar todos tus mundos
con un sordo placer, quieto y urgente.

Quiero beberme el verbo de tu fuente
y naufragar en tus mares fecundos,
y dejar de vivir en los segundos
en que horadas mi piel íntimamente.

Llamarme en el impulso de tu boca
con la lubricidad de ese pronombre
que a tu viril espasmo le provoca.

Y bajo el peso adjunto de tu aliento,
en el galope oscuro de tu nombre
sentir que soy la flor sujeta al viento.


Mardy Mesén R.
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A Kavafis (Soneto asonante)


De luto por la piel de Alejandría
me absorbe una presencia que divaga,
que en una ruta interna se desgarra
y en las voces del tiempo resucita.

¿Por dónde habrá encontrado una salida?
Por Ítaca hacia el puerto de su alma
o en el dorado ocaso de sus playas
está su musa que hoy es triste ninfa.

¿Es el llanto de Príamo el que se escucha
o el sollozo de Thetis por Aquiles?
¿Qué helénica deidad su verso busca?

Se quedan para Troya los lamentos
pues para el cielo azul Kavafis vive,
cautivo frente al mar de sus efebos.


Mardy Mesén R.
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A César, mi buen amigo (Soneto –cumpleañero)

 

A César, mi buen amigo (Soneto –cumpleañero)


Así, como quien no quiere la cosa
ya dejas hoy atrás a los cincuenta,
no se añeja tu piel ni se lamenta
porque hay un canto fiel que a ella se endosa.

Ya viste del botón brotar la rosa,
del loco caminar perdiste cuenta,
tuviste días hermosos, y en tormenta
a buen puerto llegó tu barca airosa.

¿Qué se puede pedir para un amigo?
Salud, fuerza, valor y bendiciones,
que encuentre del amor su terso abrigo,

que escriba con su vida mil canciones,
que Dios colme de luz todos sus años.
Te he envuelto este poema en tu cumpleaños.


Con todo cariño!!


Mardy Mesén R.
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Tren de Primavera (Pantoum )

Tren de Primavera   (Pantoum )

Tren de Primavera (Pantoum)

Se acerca la primavera
desde la antigua estación
el tren que va, corre afuera,
gris es como el nubarrón.

Desde la antigua estación
al paisaje le hace guiños,
gris es como el nubarrón
donde se asoman los niños.

Al paisaje la hace guiños
ya deja atrás la ciudad,
y con su pulpa de armiños
manzanos en libertad.

Ya deja atrás la ciudad
esa es su escala primera,
manzanos en libertad…
se acerca la primavera.


Mardy Mesén R.
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