domingo, 28 de septiembre de 2014

A Rubén Darío


A Rubén Darío
.
Responso universal era tu lira,
manual de refinado sincretismo,
¡oh, cisne portentoso!, claro abismo,
de Matagalpa al mundo que te inspira.

Metástasis de fuego que suspira
en la ciudad de luz con optimismo,
fauno de Ariel al borde de sí mismo
e inmaculado encanto que conspira.

Prodigio encarcelado entre la duda,
un ave fugitiva en la inconsciencia
de heréticos paisajes de ilusión.

Príncipe insoportable ante Cernuda,
el dios de la verbal incandescencia
ruge aún bajo el suelo de León.
.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

jueves, 25 de septiembre de 2014

Endimión y Selene




Endimión y Selene
.

En Larmos encontró a su luna diosa,
bajo ese monte glauco en soledad,
era suya en profunda libertad
por las noches, de forma misteriosa.

Endimión la quería por esposa
entre los prados verdes de humedad,
pero al amanecer la realidad
los separaba en forma dolorosa.

Selene pide a Zeus un favor,
deseosa de vivir al lado de él:
“que nunca envejeciera como amante”.

Nunca quiso ser fiel en el amor,
ahora en el amor quiere ser fiel
y eternizar en sueños ese instante.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Aleyda



Aleyda
.

Aleyda, como alegre llamarada,
es verbo que electriza toda piel,
es la sangre bendita del clavel
que vibra en esa Cuba enamorada.

Aleyda, en la armonía desbordada,
en la lira que sueña, en el pincel,
es la musa desnuda del papel,
es la gloria y la fe en la patria amada.

Es vestal infinita en el celaje
de un cielo que suspira en otro cielo.
Orquídea soberana del paisaje.

Es huracán en flor, inmenso vuelo,
y la luna madrina de un oleaje
tras la marfil espuma del anhelo.
.

Con todo mi aprecio y admiración a la poeta cubana Aleyda Cruz.
:

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.

Traiciones





Traiciones ( Glosando al poeta Rodolfo Cavallo Noetzly).

Es la espina fresca, brusca y desolada,
la flor de una herida que a tu pecho asoma,
es la daga fría, el mortal idioma,
de la mente, el alma, la razón, la nada.

Un muro detiene esta encrucijada,
y fenece el sueño, la vital paloma,
un halcón en vuelo se muere en la loma,
como el nardo triste y la rosa ajada.

De traición y duelo tiemblo en mi desierto,
lágrimas salitre brotan como espuma
y el futuro emigra hacia el bruno huerto.

De traición conspira la invencible bruma,
la ilusión expira, y el verbo se ha muerto.
El dolor sepulta su angustiosa pluma.

.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.

Oquedades




Oquedades

Tiembla la bruma al borde del güitite,
y la oquedad se esconde entre la aurora,
hay un silencio gris en esta hora,
y es el ayer quien juega al escondite.

A su inocencia todo me remite,
era ave fiel de claridad cantora,
hoy su verso de miel saluda y llora
al duelo que mi fe serena admite.

En las profundidades de esta ausencia
se empeña el corazón en seguir vivo
y observa en su funámbula osadía,

que a sus alas ha roto la inclemencia,
que no existe la fuerza ni el motivo
para enfrentar la luz del nuevo día.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Azul




Azul

Hay un recuerdo amargo en la memoria,
un llanto que florece cada día,
un añil sentimiento, una historia,
que nace al sur de mi melancolía.

Es una pira etérea, es una noria,
que reclama mi voz y mi agonía,
es cual pájaro triste, sin victoria,
que vuela frente al sol de la apatía.

Me pierdo en ese azul omnipotente,
aquel que en su mirar resplandeciera,
y se agitan mis penas en torrente

sobre ese inmenso mar de mi quimera.
Desde esta maldición de mi presente
beso tu piel azur…que ya me espera.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Imagen de Josh Adamski

Mía ( soneto desde perspectiva masculina )



Mía ( soneto desde perspectiva masculina )

Quisiera despertar desde el olvido,
consciente del placer que echo de menos,
del angustioso roce de tus senos
aún no se despide mi latido.

Sediento de tu ser, enloquecido,
de saberte en espacios tan ajenos,
dejo en mis manos mudos desenfrenos
en pos de tu recuerdo desvestido.

Late con fuerza mi ambición inerte
al ardor de la íntima agonía,
y de algún modo llego a poseerte

ya que en el fondo sigues siendo mía.
Mía en sus brazos cuando te despierte,
mía en la piel que te ama todavía.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

El Ilusionista



El Ilusionista

Hay un silencio oscuro en tu mirada,
un golpe de pasión equidistante,
un perfil exterior de “buen amante”
que conforme se observa queda en nada.

Hay una luna en gris amortajada,
un goce y un placer itinerante,
una raíz inerte e inconstante
que mantiene a tu alma sepultada.

Eres de vocación: oportunista,
de clásico discurso predecible,
del juego seductor casi un artista.

Tu trágica ilusión es intangible,
es morbo de panfleto, de revista,
que suele competir con lo inservible.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Regresó una noche ( Liras/ Glosa a San Juan de la Cruz)




Regresó una noche ( Liras/ Glosa a San Juan de la Cruz)

En una noche oscura,
de luna refulgente y opalina,
¡oh dichosa ventura!,
de gracia clandestina
más misteriosa y fría que divina.

A escuras y segura,
quieta como un diamante que calcina,
¡oh dichosa ventura!
el alma se ilumina,
y traspasa su luz toda neblina.

En la noche dichosa
un eco entre las sombras no me hallaba,
ni yo miraba cosa,
la bruma musitaba
aquesta extraña forma que avanzaba.

Y en la pupila ansiosa
vuestra presencia oculta se mostraba,
solícita y hermosa,
del ayer retornaba
con un candor vital que enamoraba.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

De un Adonis (Estrofas Manriqueñas)


De un Adonis (Estrofas Manriqueñas)

:

¡Qué gallarda su estatura!,
ilustre entre los osados
y ambiciosos,
por su impetuosa cultura,
embajador de los grados
más honrosos,
la esmerada discreción
que hay en su verbo florido,
¡una gema!,
ejemplo de distinción,
y ese músculo que, erguido,
¡besa y quema!

Habérselas con Aquiles
es desafiarlo en la lucha
y en coraje.
El Apolo, de los viles,
de Tales, habla y escucha,
su lenguaje.
En valentía, Perseo,
un Pan de voraz impulso
sugerente;
un Epidio del deseo,
la piel que acelera el pulso
de mi mente.
.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Sus ojos….






A mi sobrina Ana Violeta con cariño


Sus ojos….

¡Sus ojos, sus ojos!- ¿Ya vieron sus ojos?-
tienen luz de cielo, tienen alegría,
son dos brotes frescos saludando al día,
llevando hasta el pecho sus níveos antojos.
Alguien más pregunta: -¿Ya vieron sus ojos?,
plenos de belleza, de melancolía,
sutiles en gracia, llenos de poesía,
despiertos al mundo sin aúreos cerrojos.

La niña del cuento, diamante ambarino,
florece risueña, hambrienta de vida,
en sus blancas manos un pájaro anida,
y en sus ojos dulces un halo divino.
Corazón al viento, rayo cristalino,
crece como espiga de belleza ungida,
son tus sentimientos lámpara encendida,
y tus sueños tersos…de un azul marino.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica

Ninfa Sombría ( Coplas de arte mayor dodecasílabas)



Ninfa Sombría ( Coplas de arte mayor dodecasílabas)

Talaba mi alma su pálida luz,
virginal encanto con alevosía,
¡Oh ninfa purpúrea!, ¡Oh epifanía!,
un cáliz me ofreces al pie de mi cruz.
Ecos desolados, bajo tu testuz
me brindan tus ojos negras azucenas,
de rosas cortadas van tus manos llenas,
del sino del hombre, mortal arcabuz.

Pastora fortuita de este valle infame,
tu marmóreo encanto es sacro y es frío,
si no preguntaras por el nombre mío
no fuera imposible que, incluso, te ame,
que baile en tus brazos, que no te reclame
el gélido espasmo de tu desvarío,
tu vil epopeya, su manto sombrío,
que acude a mi encuentro aunque no le llame.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Díptico a Moreno Cañas





Díptico a Moreno Cañas

En el San Juan de Dios ( Mester de Clerecía)

Dicen que en tierra tica, con ruin alevosía,
mataron a un buen hombre que solo el bien hacía,
estando distraído, entre su casa umbría,
recibió tres balazos y de infamia moría.

En el fiero atentado, las viles alimañas,
cegaron al galeno, al buen Moreno Cañas,
dejáronle tendido, sus odios y cizañas
quisieron silenciarlo de sus nobles campañas.

Más juran los pacientes, y no son solo dos,
que su alma se aparece en el San Juan de Dios,
que cura desde el cáncer hasta ataques de tos,
y habita en los pasillos del piso veintidós.

Su intercesión divina lo hizo popular,
al frente de su imagen la gente quiere estar,
enfermos terminales siempre van a rezar
una plegaria suya que hoy hacen respetar.

Un vaso de agua dejan en la mesa cercana,
y de su mano etérea una emulsión emana,
otro milagro nace, cuando por la mañana,
aquel que estaba grave de repente se sana.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©


VERSIÓN ROMANCE:

La leyenda de Moreno Cañas
.

Èrase un día de bruma
y, en su casa, fenecía
el doctor Moreno Cañas
víctima de alguna intriga.
Con tres rotundos disparos,
así cegaron sus dìas
mientras un pueblo lloraba
la forma de su partida.
Y, por el viejo hospital
San Juan de Dios, se perfila
la sombra del buen doctor
que sana a quien le suplica.
A unos los cura por fe,
a otros aunque no lo pidan,
alguien pregunta con qué
logra sanar ya sin vida;
más solo basta dejar
al lado de la camilla
un vaso de agua sin más
y una velita encendida.
.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.

El juego de la vida ( oda anacreóntica)



El juego de la vida ( oda anacreóntica)

Es una infame herencia
creer siempre en la suerte,
dejar de lado un poco
lo que en verdad concierne.

Es iluso el engaño,
como ilusa es la mente,
cuando sin esforzarse
busca lo que no tiene.

Y surgen mil apuestas
que olvidan simples leyes,
cautivos van los hombres,
cautivas, las mujeres.

Indiscreta osadía
que a la postre duele*
si en infieles arcanos
se invierten intereses.

La vida es más que un juego
que lleva en sus vaivenes
los sueños y las causas,
y las luchas que pierdes.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©

Anatema ( Liras )




Anatema ( Liras )

No tengo otra mirada,
soy entidad en cuervo homologado,
la lira defraudada
del nido sepultado,
autómata que el sol ha desterrado.

Solo soy el motivo
que agita el corazón de la serpiente,
un torso fugitivo,
un hálito consciente
que intenta ser feliz, y se arrepiente.

La crónica invisible
del tiempo me permuta al diminuto
rastro de lo intangible,
efímero, absoluto;
profetisa del rasgo sustituto.

Mi insípida materia
es sierva y meretriz de la entropía,
orgasmo de miseria,
opaca epifanía
de un universo enfermo que paría.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©