domingo, 30 de noviembre de 2014

Mona Lisa ( soneto sin sinalefa)



Mona Lisa ( soneto sin sinalefa)


Esfinge de silencio, rosa pura,
el ámbar luminoso de tu cara
parece sonreír cuando mirara
que pintan su simbólica figura.
Veo la magnitud de tu sonrisa,
el ángulo perfecto del pudor
que muta por virtud del gran pintor
hacia tu fina gracia, Mona Lisa.

Descubro la grandeza del instante
imaginando cómo pudo ser
servir al gran Leonardo de modelo.

Contener el aliento palpitante,
sentirte de repente más mujer
y la gloria pisar sin ir al cielo.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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sábado, 29 de noviembre de 2014

Patroclo ( Romance Heroico)



Patroclo    ( Romance Heroico)


¡Vuelve ribera azul del Escamandro
a los caídos ojos de tu efebo!,
hay un silencio cómplice en Heracles
que ensombrece la bóveda del cielo.
Efímera es tu gloria, ¡Oh, Patroclo!,
liderando el honor de los equeos
frente a la costa gris de Poseidón,
coloquios infernales del acero
atizan la violencia de los dioses
e impulsan a tu orgullo por su “kleos”.
Es la arena abonada con tu sangre
cuando Apolo trocó la espada de Hector,
y hasta el muro de Troya se estremece
mientras desgarra Aquiles su lamento.
En el término augusto de tu hados
te bautizó en venganza el mar Egeo,
y entre tu pira ardiente por el odio
arde también el triunfo de los griegos.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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jueves, 27 de noviembre de 2014

La infanta Isabel Clara Eugenia ( Octavas italianas)




La infanta Isabel Clara Eugenia ( Octavas italianas)
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La infanta de los rizos luminosos
perfuma su inocencia en el encaje,
de seda es su monárquico lenguaje,
de perlas el tocado con la flor.
Una corte imperial bendice el pie
de sangre azul, topacio y amatista,
será grande su trono, y su conquista,
como la casta flama de su honor.

El armiño sonriente de su cara,
por tierras y ducados españoles,
dará luz de cultura, y sus crisoles,
de los Países Bajos al confín.
Y el báculo del mando cristalino,
no obstante terminado su reinado,
habrá de perdurar como el legado
de una reina sublime y su jardín.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Retrato al óleo sobre lienzo de Isabel Clara Eugenia, pintado por Alonso Sánchez Coello, h. 1570.

El violinista ( alejandrinos)



El violinista ( alejandrinos)
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Inventaba a la luna, con diáfana cautela,
un coro enamorado de notas misteriosas,
era albatros herido, con alas quejumbrosas,
un violinista errante, sin patria y sin escuela.

La amante imaginaria, la tímida gacela,
flotaba entre las nubes sutiles, temblorosas,
un aria sorprendía a las celosas rosas
y un halo de nostalgia, por la noche, se cuela.

Quien ama intensamente desdeña la locura.
Le ha susurrado al viento que lo lleve a su lado,
su terso “movimiento” conmueve al abedul.

El astro deslumbrante, de pálida hermosura,
lo mira enternecido con su esplendor plateado,
desde el sublime instante, el cielo es más azul.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Pintura “El violinista azul” de Marc Chagall

domingo, 23 de noviembre de 2014

¿No entiendo cómo pudo haber pasado?





¿No entiendo cómo pudo haber pasado?


Camino con prestancia lujuriosa
cuando lo ven mis ojos de pantera,
segura estoy de mi arma sigilosa
y él no podrá evadirme aunque lo quiera.

Apuro mi presencia presuntuosa,
me perfumo en la luz de su quimera,
por esa danza lenta y presurosa,
enarbolo del sexo la bandera.

Me observo en su mirada penetrante,
disimulo el rubor en la mejilla
y, en los malditos huecos callejeros,

caigo de una manera rimbombante
hasta dar a una inmensa alcantarilla.
Han venido a sacarme los bomberos.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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El Hidalgo ( soneto)



El Hidalgo ( soneto)



Cual arquetipo eterno de nobleza,
con la siniestra al mando del acero,
todo en su rostro invoca a la entereza
y a la noble misión del caballero.

Como la noche, negra vestidura,
y el albo irrefutable de la gola,
son pulcra longitud de esa cultura
propia de sangre hidalga y española.

Silente juramento de su honor,
en el pecho la mano simboliza,
y un medallón resalta su linaje.

Es de su amado credo, servidor,
y, en su mirada etérea, se desliza
la casta de su estirpe y su coraje.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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(Pintura “El caballero de la mano en el pecho” El Greco)

Inédita ( Poesía surrealista)



Inédita ( Poesía surrealista)



Desde la hora inconclusa, se estremece
el hálito vital
por tus cuencas húmedas.
Como un desgarro de aurora
la carne puebla tu alma,
me despiertas a la vida,
¡sonríes, enredadera de entrañas!,
me uniformas con tu abrazo,
un paraíso besa suavemente mis párpados.
La luz es hoy.
La luz es frente a ti,
en solsticio de junio.
Por geografías inéditas del valle,
las nubes nos observan dóciles,
solo somos dos aves,
dos espejos dormidos ante el sol.
La claridad se asoma,
y es de algodón de azúcar el calostro
que late ya en tu pecho, alba madre.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
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Pintura de Fernanda Estalles.

Rigoletto



Rigoletto





En su verbo gatuno, Rigoletto se inquieta si no llego a acariciarlo, y entonces tiernamente me despierta. Es un peluche terso en movimiento, se eterniza su pirueta en el jardín y danza entre los tibios tallos que ha bautizado el sol.
Sus patas invencibles, raudas, prontas, enérgicas inventan nuevas formas de trepar a los juncos y las ramas. Lo observo muy de cerca por si intenta en su vuelo vital llegar a un nido. Le canto sus canciones preferidas, le explico con sus mismos sonidos que es un gato único en mi vida.
Después, en las frías tardes, se aletarga, pernocta en el latido de mi pecho y sus brazos se enredan a mi cuello; con su infantil esencia, yace intacto como una fierecilla adormecida que solo entre mis brazos ve consuelo.
Es un bebé muy grande Rigoletto, ha crecido de forma impredecible, parece que fue ayer cuando lo adoptamos; era como un capullo diminuto con su sedoso pelo negro y blanco. Recuerdo que curioso me miraba con ojos empañados de ternura, aferrado a sus ansias de vivir. Y esa huella ha quedado en su mirada, pues me contempla de modo agradecido saltando hacia mis manos ocupadas, se diría un muñeco en hombros de mis hijos, una locura dibujada o un gato que quisiera ser un niño.



Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.

El río de la vida ( Decimillas )



El río de la vida ( Decimillas )



El tiempo ha borrado
tu beso y el mío,
el tiempo es un río
que anega el pasado.
Lo bueno y lo amado
permuta al torrente,
el tiempo presente
mañana es historia,
un grito es su gloria
que ahoga el afluente.

Invictos caudales,
acuíferos mantos,
laven mis quebrantos
con sus humedales,
desciendan vitales
por la serranía,
esa eterna vía
vetusta y sinuosa
que es canto y es fosa
para el alma mía.

Culmen infinito,
vértigo sagrado,
toma mi legado
con tu acuoso rito.
Mi rastro contrito,
la sangre en mis venas
lleva a tus colmenas
cual viejo baúl
que, en tu vientre azul,
rompe sus cadenas.

Que llegue a tus mares
mi enhiesta armadura,
dale sepultura
y otros despertares.
¡Olas seculares!,
corrientes marinas,
cierren las cortinas
con sus algas muertas,
mas dejen abiertas
mis áureas retinas.

La vida es instante,
instante y riachuelo,
un líquido vuelo
de flujo constante.
Hombre navegante,
de barro y dolor
es tu resplandor.
Vuele en forma ilesa
tu esencia turquesa
al mar ulterior.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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lunes, 10 de noviembre de 2014

La vida en un soneto ( soneto con estrambote asonante)


La vida en un soneto ( soneto con estrambote asonante)
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El ciclo de la vida es semejante
a la estructura expresa del soneto,
esa infancia que hayamos exultante
termina casi al ritmo de un cuarteto.

Nos mira de una forma exuberante
la juventud y su procaz decreto,
y, cual segunda estrofa desafiante,
se esfuma igual en mágico secreto.

El fruto de la vid, la madurez,
al sarmiento y sus hojas, enamora,
como un terceto intenso y absoluto.

Llega como el ocaso, la vejez,
y en el culmen la terna no demora
hasta el final de todo. Sombra y luto.

La humana estela
se apaga en un segundo.
Queda el poema.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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10- Nov 2014

viernes, 7 de noviembre de 2014

Desde mi ser



Desde mi ser

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Bajo un cielo anegado de nubes temblorosas
llegué a la vida un día en suelo campesino,
un esplendor alado paseaba entre las rosas
y, por el verde prado, también voló mi trino.

Las manos indulgentes, su devoto lenguaje,
me dieron esperanza con su verdad primera,
la savia de su sangre bendijo mi paisaje
y, entre aquellas raíces, brotó mi primavera.

De Afrodita sangrante a Sejmet invencible,
he sido rosa herida pero en su misma espina.
Mi corazón sonríe. Un lumen infalible
ha invadido mis ojos como el sol la colina.

Con el arco del tiempo se disparó mi lanza,
quizá voló muy lejos, tal vez bajó del cielo,
más lo más importante que pesa en mi balanza
son los seres amados y el rastro de mi anhelo.

El alba tiñe el verso y es la paz que ambiciono:
dejar mi nívea estela con un temblor fecundo,
que vuelva mi alma etérea al vergel de su trono,
y que un beso en los labios me arranque de este mundo.


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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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7-11-2014

Tu piel en mis sueños



“Te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma”
Pablo Neruda.
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Tu piel en mis sueños

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La luna imantada se aloja en la rama,
con ojos insomnes velo la arboleda,
la lúdica noche burla mi vereda
y extiende su manto por la inerme cama.

Tu piel en la bruma, cual terso holograma,
conversa en mis sueños, al cuerpo se enreda,
queda el alma quieta, quieta el alma queda,
y un pájaro en celo duerme en la retama.

El verso murmura su etéreo estribillo,
sacude mis venas buscando salida,
y un celeste orgasmo rasga mis cimientos.

La aurora purpúrea ya despierta al grillo,
su lumbre me encuentra sola y complacida,
y un batir de alas se anuda a los vientos.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Secretos



Secretos
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No quiero confesar lo inconfesable,
ni el albor de esa inquieta algarabía
cuando su boca intensa, insobornable,
llevó el placer al borde de la mía.

Era una situación insospechable,
y de abril terminaba un nuevo día,
al roce de su piel sentí palpable
esa constelación de mi herejía.

Las sombras de sus manos en mi pecho,
dos rosas se adjuntaron a mis labios
e hicieron dimitir todo mi ser.

Burlada por un lúdico despecho,
sin pensar ni creer en los resabios,
esa tarde besé a otra mujer…
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Agónico



Agónico
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En tu rumor oscuro
se agita esta oquedad que ya me hospeda.
Pálida, insensible,
te internas gravemente en mi retina
cual daga embravecida.

Tras de ti va mi sed,
esta fatiga invisible por el yugo de los años;
corren por venas extintas
resplandores, urgencias opalinas,
y agoniza en mi carne la ternura.
¡Toma mi cuerpo!,
silencioso y doliente
como un árbol anclado a la sombra de tu abismo.
Mis pájaros volaron, se destruyen los nidos
que dieron a mis brazos calor en el invierno.
Y mientras tu puñal centellea,
con explosión de lumbre,
quiero alcanzar a mis aves en su vuelo.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Diferencias ( neomanierismo GABRIEL Y GALÁN )


Diferencias ( neomanierismo GABRIEL Y GALÁN )
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¡Cuánta tierra se desangra tan herida de sí misma!,
cuántas almas con trincheras y expresión que los abisma
a los unos de los otros. ¡Ay del mundo y su orfandad!
Cual colosos invencibles los Titanes del racismo
llevan cuadrigas de odio en su oscuro fanatismo,
los corceles de la muerte van trotando sin piedad.

No hay una piel diferente, ¿es el color inhumano?,
nuestras virtuosas arterias, el corazón y la mano,
son espejos repetidos de un espíritu creador.
Paz y guerra se bifurcan con sus formas indomables,
unos, lóbregos barruntos con crueldades miserables,
otros, actos solidarios de bondad y de valor.

Es el amor la cultura, sin mayores acertijos,
la enseñanza humanitaria de los padres a los hijos,
lo que hará la diferencia en este mundo brutal.
Hay un cántico sentido, el laúd del orbe en duelo,
por la sangre de los hombres, por este infecto flagelo
que ha plantado diferencias con la semilla del mal.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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sábado, 1 de noviembre de 2014

Resplandor



Resplandor
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Quiero morir en sacro resplandor,
cardumen celestial, coros risueños,
a mis profanos pasos y a sus sueños
reciban con su encanto de fulgor.

Que se deshoje mi alma como flor
tras la breve ansiedad de sus ensueños,
y ante la fiera muerte y sus empeños
solo escuche el cantar del ruiseñor.

Ni el más profundo amor con su insistencia,
ni el esplendor vital tan bullicioso
podrán contra las sombras y el olvido.

Mi túnica será la transparencia,
y, a la luz de ese vuelo venturoso,
seré tan solo el fue de lo vivido.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Viendo a la musa ( Soneto isabelino )



Viendo a la musa ( Soneto isabelino )
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Mi musa es una ingrávida amazona
que caza por placer y alevosía,
conspira con la luna que se asoma
y es la felina sombra que me espìa.

Danza con plenitud entre los versos,
dìscola y muy radiante se le ve
mover entre mis venas universos,
¡danza otra vez hermosa Salomè!

Es voluptuosa, lùdica y siniestra,
una tormenta interna desbordada,
esa vestal que pone en la palestra

a la lira de mi alma acorralada.
Y aunque sus ìgneos pasos parten ya
vendrà despuès por mì....sè que vendrá.


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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Cerca de la fuente ( Costumbrismo Chic )



Cerca de la fuente ( Costumbrismo Chic )
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Cerca de la fuente, ves entre las moras
un trino diamante de vuelo vital,
sus alas son rojas, sus plumas, coral,
son perlas al viento sus notas sonoras.

De tinte frambuesa se tiñen auroras
y las nubes rozan el rojo moral,
la lira invisible del joven turpial
es libre en su vuelo como las esporas.

El pájaro sueña en la verde rama,
refleja en el agua su brillo rubí
y la rosa estrena sus labios de seda.

Hay un manto de oro sobre la retama
por el sol en fuga que se esconde ahí,
y un céfiro danza por la rosaleda.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Aquella tarde ( Sextina Provenzal )


Aquella tarde ( Sextina Provenzal )
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Eran paraje idílico tus manos,
dos palomas en vuelo tras mi sombra
con su lenguaje trémulo y de sueño.
Un ave migratoria era la tarde,
en la purpúrea estela de la vida,
que nos dejó su luz cimera y breve.

La flecha de tus labios, rauda y breve,
inclinada a la forma de mis manos,
me besó hasta arrancarme de la vida;
bajo tu inquieta piel sentí mi sombra
mimetizar al plomo de esa tarde
desde un verano etéreo como un sueño.

El himno del crepúsculo fue un sueño
y nuestra floración dorada y breve
como los lampos quietos de la tarde.
La ofrenda de tu amor trenzó mis manos
en ese instante prófugo de sombra
y un arpón de ilusión se ató a mi vida.

Dos fatigadas almas y la vida,
en el lívido encaje de ese sueño,
besaban al unísono la sombra
de su esplendor febril desnudo y breve;
igual que se desliza entre las manos
el agua, se perdió también la tarde.

Languidece, de octubre, ya la tarde,
y esperando a la vuelta está la vida,
hoy mis manos estrechan otras manos
y aquel púber placer duerme en un sueño.
El sol en blondo brillo es casi breve
y mis pasos declinan tras su sombra.

No hay un olvido aún para tu sombra
en la piel del recuerdo y de la tarde,
mientras cierro los ojos siento el breve
placer que estremeció mi alma y mi vida.
Pudiera ser tan solo el dulce sueño
que hoy se escapó del tiempo hasta mis manos.

Con mis manos estrecho aquella sombra
cuando vuelve del sueño hasta la tarde
y a mi vida se enlaza dulce y breve.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Soñar ( Soneto de Peletier )


Soñar ( Soneto de Peletier )
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Soñar es una noria incandescente,
es palpar toda luz con la mirada,
desairar a la espina desolada
para besar la rosa grácilmente.

Es el funambulismo de la mente,
crisálida que vuelve en forma alada,
una gota optimista y pronunciada
que se abisma al abrazo de la fuente.

Y en la noche la idea vigorosa
muta su piel en hábito de rosa
como estrella infinita del espacio.

Hasta el ignoto altar de lo imposible,
con su halo refulgente de topacio,
hay un sueño despierto….imperceptible.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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El Fantasma de Canterfool



El Fantasma de Canterfool
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Fue por el mes de octubre, no lo olvido,
tendría ya mi suegra casi un año
de despertar gritando a media noche
tras ver oscuras sombras por el cuarto.

Era un fantasma ocioso y embustero,
gustaba de fumar mucho tabaco,
corría por los pasillos en puntillas
y por las escaleras daba saltos.

Prendía el televisor de madrugada
y alteraba del baño el termostato,
también robaba plata que sin duda
gastaba en un astral supermercado.

Mi suegra estaba harta de este ente
y un exorcismo fue lo que acordaron
los brujos que en la sala discutían
y que venían muy bien recomendados.

Empezó la sesión espiritista,
y el espectro jugaba con los cuadros,
las velas se apagaban y encendían
y flotaba en la estancia un humo extraño.

Una mujer en trance, poseída,
movía en forma frenética sus brazos,
empezó a hablar con voz desconocida
y sus ojos tornaron hasta el blanco.

Tengo una condición- dijo el espectro,
tomando a la mujer por emisario,
solo dejo esta casa si me adjuntan
unos cuantos millones en el Banco.

El número de cuenta es: ochocientos
mil novecientos dos, ochenta y cuatro,
a nombre de Jacinto López Méndez
quien será mi albacea mientras tanto.

¡Está bien, está bien!- dijo mi suegra,
y en una libretilla iba apuntando
los datos de ultratumba que, sin duda,
iba dejando el ente con descaro.

Pasados los detalles perniciosos
con un café y con viandas celebraron,
y en la primera hora al otro día
todos los requisitos se adjuntaron.

La paz unos millones los valía,
nadie puede vivir con un espanto,
lo malo fue que al mes de la epopeya
se devolvió el difunto con escándalo.

Al muerto lo estafaron, ¡eso fue!,
no le dieron la plata de aquel trato,
su furia es tan intensa que esta vez
hasta platos y ollas van volando.

Se viene otro exorcismo, ya lo sé,
otra jugosa oferta de su agrado,
los brujos prometieron esta vez
que saldrá hacia el infierno disparado.

Ser un cazafantasmas está bien,
se le ayuda a la gente sin reparo,
no se va hasta el averno solo a pie
¡ellos vienen en Lexus y en Camaro!
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Gasparina



Gasparina

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Soñé que era un fantasma bondadoso
saltando todo el día por el prado,
un níveo gasparín iluminado,
¡qué sueño tan bonito y tan hermoso!

Y es que ser invisible es delicioso,
pasar inadvertido en todo lado,
tocar a los más guapos sin cuidado
y luego ver su gesto tan nervioso.

Puedo volar sin alas cual albatros,
comer sin preocuparme de engordar
y asustar en las fiestas y en los teatros.

¡Qué forma tan feliz de jubilarme!,
no tengo muchas cuentas por pagar…
y sé que no vendrá nadie a cobrarme.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Me queda


Me queda
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Me queda
la estricta longitud de la calle
para gritar augurios,
el arco de la voz
para lanzar un verso,
y un hueco de preguntas
que se ha llenado de muertos.

Me queda la fórmula homicida:
“miseria más indiferencia, igual miedo”…
locura más impunidad como un jinete apocalíptico…
un Armagedón entre los valles y los pueblos,
esa lluvia ácida
que toma al verde bulbo
y a la rosa incipiente
por almuerzo.
Me queda un fantasma
infectado de olvido,
mil veces moribundo
jugando a la rayuela
en los pabellones ausentes,
en las aulas siniestras.
Me queda el espanto disecado
en los ojos de las madres,
un frío como alfombra
en esta jaula de asfalto sin esperanza,
este virus de sangre
que salpica los ojos del huérfano,
que devora a la novia,
al hermano,
al hijo,
y se lleva hasta su cueva
esa desgracia fresca robada a los umbrales,
mientras la tierra abriga,
como tristes raíces,
los huesos de los hombres,
sus sueños e ideales.
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Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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