domingo, 23 de octubre de 2016

REVOLOTEAR DE PALOMAS (sonetillo)






REVOLOTEAR DE PALOMAS (sonetillo)

Gracia en alas dibujada,
emblemática y divina;
vuelo que el sol ilumina,
juego en vuelo, gracia alada.

Pluma al viento; perpetuada
por la paz y su doctrina,
pura y blanca serpentina;
blanca pluma liberada.

¿Buscas luces solariegas,
que en los dinteles te asomas
y en las plazas te congregas?
Al laurel tu albura entregas,
y a las cumbres y a las lomas,
sacro esplendor cuando llegas.

Albas, negras, policromas…
revolotear de palomas.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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PIEL DE LEJANÍA






PIEL DE LEJANÍA



¡Oh, piel de lejanía! Sol divino
que del monte desciende hoy hasta el valle,
en su boca sedosa, Dios convino
que mi alma se diluya y luego calle.

No escogió mi pasión este camino,
nada acepté jamás que me avasalle;
es esta valla altiva mi destino
ante el soñado esbozo de su talle.

Toda belleza humana ante él es poca,
vaga mi aliento hasta la celosía
cuando sin indulgencia se pasea

en este pueblo inmóvil. Me disloca
el encanto vital de su hidalguía…
Toda belleza humana ante él se afea.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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LA CIUDAD Y TÚ





LA CIUDAD Y TÚ


Me ahogo bajo el título de una tarde cualquiera,
de mi rumbo determinado, de mi agenda cotidiana;
subo sobre mis torpes pasos
el escaño y la jornada.
La ciudad me abre sus puertas,
sus ojos multicolores,
sus brazos de urbe florecida.
Observo las huellas del rocío en la alameda,
las huellas de la luz en el rocío…
el minimalismo abstracto de la espera
que encuentro en cada hoja que el viento le susurra a las aceras.


Movimiento, vértigo, luces cansadas de encenderse y apagarse,
funambulismo colectivo y concreto;
este abecedario de cemento me nombra,
conoce la voz de mi sombra,
exige mi cuota de heroísmo,
y yo reconozco el murmullo transitorio y expansivo de su trampa.

Mi lluvia olorosa a raíces no tiene eco en estas calles,
golpea y repiquetea con húmeda tristeza
este laberinto de plomo,
de esperanza confusa,
diseñado para la más compulsiva soledad…

Mi soledad y tú,
el tráfico, las horas,
una diaria colmena,
este ir y venir
por esquinas y rincones sin luz;
el paisaje de bocinas y coches que permutan y se diluyen…
tú y mi soledad.

El perfume inesperado del silencio.
No hay profundidad en los muros,
en la marquesina repetida y rumorosa;
mi alma busca la niebla en el bullicio,
la esbelta arquitectura del lirio,
el ojo de la fronda,
mas soy del boulevard solo un fantasma
contagiado de nostalgia,
extranjero de veredas,
pasajero tardío de este campo amurallado.

Yo soy un pájaro en tierra,
un aleteo perdido en la columna vertebral de las avenidas;
todavía llevo en mi visión polvorosa los valles y ramajes,
el azul ilimitado de mis cauces,
mas esta geometría de argamasa ahoga el ruido de mi corazón,
me embulle en sus torres monocromas,
en sus plazas angostas,
en sus templos de escarcha,
para dejarme solamente la tímida ambición de rosaledas,
y todo se reduce al conteo de vitrinas
en la pálida orquesta de una ciudad que se duerme
sin saber que te extraño,
que la lluvia en sus adoquines
borra las huellas de tus besos.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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sábado, 8 de octubre de 2016

Tu inmortal dedicatoria



Tu inmortal dedicatoria


Él escribía inéditos poemas,
cantaba una canción desesperada,
un romance otoñal, una balada,
y me tatuaba versos con sus yemas.

Su azulada visión zurcía esquemas
de ritmo que, en el tronco, en la enramada
de una alameda verde y despeinada,
hablaban del amor con mil grafemas.

Mas hoy la rambla pálida me advierte
que, sobre aquel follaje de mi historia,
ya anidó el soplo herido de la muerte.

Y giro hacia ese arbusto en mi memoria
para leerte a ti, para leerte…
y hallarme en tu inmortal dedicatoria.



Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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Imagen de Leonid Afremov.

domingo, 2 de octubre de 2016

Un esplendor pagano



Un esplendor pagano (
4 Cuadernas Vía o tetrástrofo monorrimo)



Mientras Apolo duerme en una ardiente tea,
saluda a mi alma triste un sol que parpadea;
las ánforas de fuego, la lumbre que golpea,
triunfantes se liberan desde la chimenea.

Mi cautiverio oscuro, mi sombra iluminada,
se funden al ignoto destello en desbandada,
y el numen peregrino, la lira emancipada,
copulan en el halo de alguna llamarada.

Un esplendor pagano con alas displicentes,
besa el papel con labios salmódicos y ardientes;
el verso se desliza por lúbricas vertientes,
si la pasión le incita con sus flamas turgentes.

Imágenes danzantes se vuelven a encender,
bajo el poder divino, el divino poder,
que vibra en esa yesca que atizó Lucifer.
Y veo mi poesía arder, arder…¡arder!

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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A tía Cecilia en su Aniversario Póstumo



A tía Cecilia en su Aniversario Póstumo


Me inclino con cariño y gratitud
ante ti, blanca estrella y blanca rosa,
que hiciste más feliz mi juventud
y mi entera existencia más dichosa.

Sobre las tempestades de mis días,
fuiste gesto de amor, rezo y abrazo;
bajo tus alas tibias nos mecías
con maternal arrullo y fiel regazo.

Mas ahora, divina, eterna y pura,
sigue añorando mi alma tu figura
y brotas en mi fe de gracia llena.

No acaba mi dolor, es tan humano;
morir es renacer, no has dado en vano…
ángel serás por siempre, Tía buena.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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