Lo vi
Yo lo vi sentarse a la sombra
en el ribete de una pausa.
Puso en el suelo las horas
y su encanto lacónico despertó mis ojos.
Entonces,
en cada silencio hubo un goce y un sonrojo,
cada luna tuvo fulgente sentido
y cada milagro tuvo nombre.
Yo lo vi,
como un desierto merodeando mi vida,
como una sed insaciable
hecha a la medida de mi boca,
y el reducto del amor saltó a mi piel.
Lo vi mil veces,
hasta entender que existía.
En el aciago de mis dudas
era vela encendida
y no sofisma de locura.
Y mi yesca ansiedad besó su aurora,
con gotas de rocío depurado
como lirio indemne,
que duerme en aguas profundas,
desde el río hasta los labios.
Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.
Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.
Yo lo vi sentarse a la sombra
en el ribete de una pausa.
Puso en el suelo las horas
y su encanto lacónico despertó mis ojos.
Entonces,
en cada silencio hubo un goce y un sonrojo,
cada luna tuvo fulgente sentido
y cada milagro tuvo nombre.
Yo lo vi,
como un desierto merodeando mi vida,
como una sed insaciable
hecha a la medida de mi boca,
y el reducto del amor saltó a mi piel.
Lo vi mil veces,
hasta entender que existía.
En el aciago de mis dudas
era vela encendida
y no sofisma de locura.
Y mi yesca ansiedad besó su aurora,
con gotas de rocío depurado
como lirio indemne,
que duerme en aguas profundas,
desde el río hasta los labios.
Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.
Mardy Mesén R.
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