Cómplices (Pareados Alejandrinos)
Es cómplice la noche que en ráfagas del hado
desnuda los cristales del inquieto pasado.
La catedral del tiempo repica sus campanas,
frente a tus ojos negros, mis retinas lejanas.
Ella toma tus manos en nudo inseparable
y se abraza a mis senos un hombre respetable.
Por tu rostro cansado un mundo se adivina
y lucha y miente y roza tu mirada de espina.
Un duelo en el instante va huérfano de flores
hacia el altar profano de amantes desertores.
Dos aves se persiguen en caprichoso vuelo,
la vida sigue inmóvil y llueve desde el cielo.
Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.
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