El rastro del Lobo
El rastro de la luna, su reflejo,
anuda cada paso de su historia,
es llama de la noche perentoria,
la llama con su aullido de cortejo.
El orbe se le rinde ya bermejo,
lo espera en el umbral de su memoria,
la muerte del ocaso es una noria
anclada por instinto a su pellejo.
Y no hay evolución que le irrespete
ese olfato de sangre combativo
que estalla entre los montes lujuriosos.
Su espíritu de fuego le arremete
como un dardo que avanza primitivo
y aflora entre sus ojos poderosos.
Aúllan peligrosos,
dejando entre la tundra dibujada
un vértigo de frío en la mirada.
Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.
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