La envidia
La envidia del incauto en obediencia
supone más pesares y quebrantos
que un nido de la sierpe y sus espantos
creciendo en el altar de la conciencia.
Bajo el amparo de quieta violencia,
no hay luz en el averno repulsivo
al celo de la rabia está cautivo
el éxito que anhela es vil herida;
la gracia que ya está preconcebida
es veneno letal y áspid furtivo.
Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.
La envidia del incauto en obediencia
supone más pesares y quebrantos
que un nido de la sierpe y sus espantos
creciendo en el altar de la conciencia.
Bajo el amparo de quieta violencia,
no hay luz en el averno repulsivo
al celo de la rabia está cautivo
el éxito que anhela es vil herida;
la gracia que ya está preconcebida
es veneno letal y áspid furtivo.
Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.
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