Cae la Tarde ( Poesía de lo cotidiano)
Cae la tarde,
en la promiscuidad de las bocinas
mis pasos despiertan los adoquines soñolientos,
el retrato neón se dispara frente a mis ojos
mientras el discurso silente invita:
“Hay pizza dos por uno”
ahora que precisamente el hambre toma posesión
de mi cuerpo y mis sentidos.
Se esconde en el bullicio mi confusión vespertina,
camina y convierte la bruma
en su espacio para el alma;
las manos buscan en los bolsillos
la emoción perdida,
solas se entrelazan
y emigran al frío de la noche plenas de soledad.
Esta vida me es ajena,
mientras escribo una tesis de dolor
un epitafio a los besos,
entro
llena de un absurdo cansancio que exige alimento,
y dispuesta a emprender la batalla del duelo
observo en nuestra esquina
tus ojos…su mirada,
y en la pena anónima
muero de miedo.
Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.
Pintura de Denis Nolet.
Cae la tarde,
en la promiscuidad de las bocinas
mis pasos despiertan los adoquines soñolientos,
el retrato neón se dispara frente a mis ojos
mientras el discurso silente invita:
“Hay pizza dos por uno”
ahora que precisamente el hambre toma posesión
de mi cuerpo y mis sentidos.
Se esconde en el bullicio mi confusión vespertina,
camina y convierte la bruma
en su espacio para el alma;
las manos buscan en los bolsillos
la emoción perdida,
solas se entrelazan
y emigran al frío de la noche plenas de soledad.
Esta vida me es ajena,
mientras escribo una tesis de dolor
un epitafio a los besos,
entro
llena de un absurdo cansancio que exige alimento,
y dispuesta a emprender la batalla del duelo
observo en nuestra esquina
tus ojos…su mirada,
y en la pena anónima
muero de miedo.
Mardy Mesén R.
Derechos Reservados.
Pintura de Denis Nolet.
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