Desde Troya
Es mejor no escarbar ya lo pasado,
pero es bueno también traerlo a cuenta
si en la historia se queda, por virulenta,
la perfidia del hombre y su legado.
Es mejor pues, pecar de desconfiado
porque el mal muchas veces se nos presenta
cual albura, de esencia ya purulenta,
hasta hacernos caer a lo impensado.
Ya nos queda de Troya antecedente,
el desprecio al preclaro, al erudito,
la sordera de un pueblo muy negligente.
Ya nos deja la crónica como enseñanza:
“aunque fuese un caballo el regalito”,
puede sernos mortal adivinanza.
Mardy Mesén R.
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