Elegida
Pido a la noche silencio
tras el ámbar vespertino
elaborando en mi sueño
un atajo a tu destino.
Es la ocasión perentoria
de mi epopeya fogosa
en mi epílogo de gloria
la osadía más venturosa.
Lucubración absoluta
en la epifanía secreta
beso el aire que exhalas
por mi geografía completa.
La embajadora del fuego
la íntima, la elegida,
el influjo del anhelo
que más añora tu vida.
Me repito en los espejos
soy la agreste, la selvática
esa musa de reflejos
la ilusión más enigmática.
Abrumadora respuesta
infracción efervescente
soy del tacto la propuesta
el preludio de tu muerte.
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