EL COMPLEMENTO DIRECTO.
¿Qué cosa?, ¿quién?, ¿por dónde?, ¡qué tormento!
Me fui. No estoy. Salí. ¡”Habemus” Papa!,
yo sé que hay oración sin complemento,
y este detrás del verbo se agazapa.
Oraciones activas lo presentan;
son transitivas solo si hay CD,
unos y otros lo entienden y comentan:
“Yo lavo el coche, ¡vamos!, ¿qué lavé?”
Sustituir por pronombres es lo usado
para dar con su forma definida:
-“Yo saludo a María”- ¡qué ternura!,
yo “la” saludo y sé que lo he encontrado.
Es una forma fácil y atrevida,
incluso para el más cabeza dura.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©
09/06/2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario