sábado, 24 de septiembre de 2016
Tu sombra y la ciudad
permuta con su enigma en la distancia
hasta el abrazo abierto de mi pena.
Mis ojos se han cerrado, y en el mundo
el silencio descansa conmovido,
conmovido se escapa, cotidiano,
y vuelve hasta mis labios nuevamente.
Quiero nombrarte, amor, mas nadie escucha,
entre el inerte asfalto, soy de plomo,
soy de adusta y estrecha lejanía.
Me asfixia la garganta un pensamiento,
y ese rostro insensible que se asoma
por cada ventanal de la ciudad.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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