sábado, 24 de septiembre de 2016

Carta a mi asesino




Carta a mi asesino ( décimas )


Preso de tu propia suerte,
en tus manos temblorosas,
hay dos plomizas esposas
que han logrado someterte.
Te escribo desde la muerte,
desde ese umbrío reposo
al que me mandaste airoso
con demencial reverencia,
¿quieres ahora clemencia?,
de pena y sangre es tu poso.

Rompiste un pacto inviolable
con tu blasfemia infernal,
bebiste el cáliz del mal
y fue tu actuar deleznable.
¡Culpable, eres culpable!
¿Acaso te has redimido?,
¿te han secuestrado el latido?,
¿por qué tu furia hoy se esconde?,
¿dime qué sientes?, ¡responde!
Lo que has sembrado has tenido.

Mi compasión es tardía,
¿para qué odios funestos?,
no tienen vida tus gestos
ni hay en tu alma empatía.
Ya no verás otro día,
ni habrá nueva claridad
para tu extinta maldad.
Saber que a otro inocente
no matarás brutalmente,
da paz a mi eternidad.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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