jueves, 2 de abril de 2015
En Noche Vieja
es verbo que claudica grácilmente.
Como una cena efímera, servida
con ímpetu frugal o voluptuoso
para el gusto banal y el exigente.
Tocan los ojos platos exquisitos,
sin importar la lúdica locura
porque el momento frágil no perdura
y son nuestros impulsos infinitos.
Otro año más se va. Los apetitos
por la prosperidad y la dulzura
solo se quedarán, cual fiel pintura,
en los viejos recuerdos favoritos.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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BODEGÓN CON PESCADO Y RELOJ, de Willem Claesz Heda
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