EN CARNAVAL ( alejandrinos )
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Con súbita cadencia, en Carnaval profano,
se desinhibe el pueblo en franca alegoría,
toma la farsa el puesto de la propia valía
y el cielo y el infierno también se dan la mano.
De bronce, el vellocino, el vino y el habano,
que vienen con la fiesta de caústica eufonía,
de bronce, los destellos que saludan al día
y el antifaz que observa ese esplendor mundano.
La nota estrafalaria ahí jamás se nota,
un halo de misterio icónico florece
y la noche es cual ninfa que la luna ilumina.
Le miente el bueno al malo desde su forma ignota,
y, al final del jolgorio, nada es lo que parece
porque el bizarro hechizo muy pronto se termina.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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