jueves, 26 de junio de 2014

Viajantes




Viajantes


Fuimos de madrugada y de poema,
como dos copas de árboles
que no pueden desafiar a sus raíces.
Tu pecho, ríspido y escondido,
abría paso a mis manos de síntesis,
quieto, vulnerable, insatisfecho,
una crónica interminable para el goce
que rezuma y se robustece en la incertidumbre del contacto.

Mi escarmiento hoy se guarece a la sombra de tu áspid,
se cristaliza la forma del placer en escaleno,
el vértigo exculpa mis sentidos,
lubrica preceptos disidentes
mientras me interno en lucio valle de luciérnagas,
y en un despertar de hiedra
estrujas tu mundo a mis piernas,
sirviéndome la aurora.

Quédate en la maniobra de los besos,
entre las venas rotas de mi sangre,
dame más que tu piel de ojos ausentes
mientras tu daga cruza mi lenguaje.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
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