que no espera un desaire por respuesta.
Muy poco aprenderás, si te molesta
usarla en su avidez aventurada,
será tu eterna falla recordada
por más que la denostes en protesta.
Peno con pena por su penitencia,
¿Cómo la coma puede ser mi sino?
me digo, y en virtud de su sentencia
sucumbo en mi prosaico desatino.
Su ley, que es absoluta y es sapiencia,
me observa en cada verso que termino.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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