miércoles, 10 de enero de 2018
DESTELLO
Hambrientos mis ojos de luz y de vida,
faltos de sol, llenos de casta tristeza,
se vieron de pronto frente a su belleza
justo cuando estaba ya mi fe perdida.
Mi alma no pretende buscar la salida,
mis dos ojos vibran ante la certeza
de un faro, el destello que a mi otoño empieza
a trocar en nueva savia bendecida.
De fosforescencia, de amor milagroso
me enciendo y disfruto de un suave martirio:
beber de sus labios un fulgor de rosas…
Es su beso un rayo…, placer luminoso
que enciende mis venas de un vital delirio
que un día anhelaron conquistar las diosas.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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