donde no hay sol saliente sino fijo,
no llevo más de dos o tres calzones
pues el calor allá es consabido.
Viajo con la esperanza más obtusa,
llevo cúrcuma y miel en “mode” batido;
viajo del Tercer Mundo a la conquista
de este país Nirvano y llevo equipo
para filmar sin topes ni modestia
todas mis aventuras. Ya prosigo…
Estoy a ochenta grados sobre cero,
y todavía no sé cómo respiro,
los ancianos me miran sin indulto
por el corte prosaico del vestido,
me han dicho que no use pantaletas
pues eso les parece clandestino,
que baile, que me ría y que me “cruce”
con cualquier elemento del camino.
Hay una estatua grande de Epicúreo
donde rezan al toque vespertino,
no hay tráfico de drogas ni hay revueltas
y pagan tus impuestos los vecinos;
el ingreso per cápita es tan grande
que nada pagas tú de tus bolsillos,
el fruto del petróleo es incesante,
cae oro desde el wáter hasta el grifo.
Confiando en que soy un desconocido,
me he puesto de mendigo por el suelo,
¡solo entre ayer y hoy ya llevo ahorrado
lo que jamás junté como tintero!
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados.
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