Huyó la tarde en su ardorosa prisa,
ebria de sol, rendida ante el celaje,
la tarde huyó, y tú, casi deprisa
te fuiste igual, sin más, de mi paisaje.
.
Te tuve así, desnuda en mí, sumisa,
era de piel tu voz y tu lenguaje,
y penetré en tus poros cual la brisa,
fui entre tus muslos barca, sal, oleaje.
.
No hallo piedad, amor, entre tu ausencia,
me extingo igual que luz en la ventana,
esta ansiedad de ti por penitencia
arde en mis manos tibia y soberana.
.
Busco escapar con algo que me asombre
mas vuelvo a ansiar tus formas como un hombre.
Mardy Mesén R.
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