A UN GUERRERO. .
luna de una oscuridad
que solo en su alma se empala.
Mi alma y tu piel de aceituna
guardan su propia verdad.
.
Acólito de los vientos,
tu músculo en pie de guerra
guarda un silencio de muerte;
ni los ábregos intentos
podrán borrar de la tierra
su golpe nervudo y fuerte.
.
A los proscritos ofreces
tu sombra y cálido abrigo,
tu augusta lucha y fatiga;
y cada vez que apareces
mi fe se queda contigo
aunque jamás te lo diga.
.
El Hado mi pena oprime
cuando una nueva batalla
arde en tu pecho de sol.
Mas tu pasión me redime,
y al verte mi cara ensaya
otro rosáceo arrebol.
.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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