domingo, 12 de octubre de 2014

Yerta




Yerta

Frente a su imagen yerta y sepultada
y con mi rostro hundido entre las manos,
borré todos los sentimientos vanos
con llanto de impotencia desolada.

No alzó para mirarme su mirada,
y escuálidos impulsos diluvianos
golpearon a los mármoles ufanos
para exhumar su sombra de la nada.

Las flores van ungidas de tristeza,
¡Oh, Madre!, sale el sol y no es lo mismo
entre la pesadumbre del jardín.

Hay un lirio que tiene tu pureza,
es tu rostro en la aurora un espejismo,
y el luto de mi ser no tiene fin.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
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