Al mar de Kepler
.
¿Quién pudiera ascender con sus latidos
hasta el ímpetu amargo de tus olas?
¡Oh, Kepler!, entre mi pena furtiva
hay llanto oscuro
¿Debiera ser ofrenda mi amargura
al acuoso misterio de tu cosmos?
¿Anclar mi corazón hasta tu piélago
de gris metal?
¡Mareas siderales, piel de Tetis!,
unjan mis huellas con mortal salitre,
áureos corales, esplendor azul
como el zafiro.
Liberen de emoción al cuerpo inerme,
florezca en soledad su lecho amado,
¡Tetis, levanta el mar!, toma mi alma
de un golpe etéreo.
La gélida ilusión de tus cristales,
las verticales hondas de tus fosas,
tu cenotafio inmenso y silencioso
quiero sentir.
.
.
( Oda anacreóntica/ poesía neoclásica)
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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