Asesino

En la selva insidiosa de la vida
muerde a mi impulso un bajo sentimiento,
el cuerpo es un puñal que afila el viento
y que halla en el dolor su atroz guarida.

Al lado izquierdo de mi fe perdida
he desterrado al vil remordimiento,
solo encuentro la paz en el tormento
que alimenta esta sierpe enloquecida.

Y con manos violentas, infernales,
en el balcón oscuro del asfalto
busco con ojos ciegos, criminales,

a la víctima frágil de mi asalto.
En el juego más cruel de los mortales
para mi sed de sangre ya no hay alto.

Mardy Mesén R.
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