FE CONCEBIDA
No te he encontrado, Dios, en el altar
ni en el vitral de añil luminiscencia,
mas he visto tu mística apariencia
en los ojos de un niño sin hogar.
Yo caminé hacia ti sin regresar,
buscando esa quietud en mi consciencia,
cuando dobló mis alas la inclemencia
intentando mi fe minimizar.
Aun con mi alma desierta, deshojada,
igual que las magnolias del averno,
no aceptaré la duda concebida
que a la esperanza ofende desairada.
Con el haz de tu luz, glorioso, eterno,
quiero, al morir en ti, ganar la vida.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©
No te he encontrado, Dios, en el altar
ni en el vitral de añil luminiscencia,
mas he visto tu mística apariencia
en los ojos de un niño sin hogar.
Yo caminé hacia ti sin regresar,
buscando esa quietud en mi consciencia,
cuando dobló mis alas la inclemencia
intentando mi fe minimizar.
Aun con mi alma desierta, deshojada,
igual que las magnolias del averno,
no aceptaré la duda concebida
que a la esperanza ofende desairada.
Con el haz de tu luz, glorioso, eterno,
quiero, al morir en ti, ganar la vida.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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