jueves, 31 de agosto de 2017

DÍPTICO A LA RATA




LA RATA (I)

Te voy a cambiar el nombre
-como dijo Joan Sebastian,
te llames como te llames,
para mí tú eres: “La Rata”,
porque hurgas en mis asuntos
(para tu infame desgracia),
y te alimentas de escoria,
pues tus chismes te delatan.
Cuando dices que soy bella,
te ahogas con tus palabras
y la lengua se te arruga,
víbora frígida y calva.
Pierdes tu tiempo en mi muro
porque de mí eres esclava,
y me difamas con creces
apenas te doy la espalda.
Por eso el caño es tu sitio
y no el fulgor de mi casa;
rata serás por rastrera,
por sucia, inmunda y malvada.


RATA DE DOS PATAS, TE ESTOY HABLANDO A TI  (II)


¿Vas a seguir, Rata insulsa?,
ya te daba yo por muerta,
o buscando entre cloacas
algún manjar de merienda,
pero se alarga tu rabo
y tu hocico merodea
cuando lees comentarios
en mis prosas o poemas.
¡He puesto el cebo y mordiste!,
no puedes dar ya más pena.
Te voy a dar un consejo
que puede darte cualquiera:
“No mires lo que no debes
si tu autoestima está en quiebra,
y, si te mueres de envidia,
róete tu propia lengua
para que al menos no quede
en franca y pura evidencia
lo vil, cobarde y mediocre
que es tu dañina existencia.

.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
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