lunes, 29 de diciembre de 2014

ROMEO ENCADENADO




ROMEO ENCADENADO


En Verona, de encanto novelesco,
se ignora la pasión tan disoluta
que hay entre un Capuleto y un Montesco
parientes de familias en disputa.

Sedienta, seductora, inesperada,
Julieta en la penumbra se desploma:
-¡Subo  ya a tu balcón mi dulce amada!-
-“¿Romeo dónde estás?, no estoy de broma!,

-Ámame con delirio trepidante,
es oscuro y bestial nuestro secreto,
quiero sentir la furia calcinante
de tu órgano travieso por completo.

No pienses que no quiero, no Julieta,
se me atoró el escroto en la bragueta.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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