viernes, 13 de diciembre de 2013
Nereida (soneto)
Nereida
Tras la hiedra del bosque soberano,
en la fronda, la Mélide hechicera,
ha logrado robar mi primavera
dejando su perfume por tu mano.
Adjuntándose a ti, en lo inhumano,
como una maldición que el tiempo hubiera
llevado hasta la mórbida pradera
despertando tu impulso más profano.
¡Oh Nereida de mares refulgentes!
que invades de emoción al marinero,
devolvedme su danza y su belleza.
Y a la ninfa de besos indecentes,
que, incita su desquicio prisionero
sumérgela en mi mar de la tristeza.
Mardy Mesén R.
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