TORO DE LA DEHESA
Sobre la grama encendida,
soberbio, el porte soberbio;
pastan sus bovinas fauces
bajo el celeste silencio.
No hay vítores ni estocadas,
picas ni banderilleros;
frente a su estampa imponente,
solo se ve el prado inmenso;
rasga a su paso al estío
con el fulgor de sus cuernos.
Aún no percibe el clarín
ni el firme acero del diestro;
un brillo negro impoluto
lleva tatuado en el cuerpo,
sopla un titán sus pulmones,
hierve un tornado en su pecho.
Ya olvidarán sus pezuñas
el fresco azul del riachuelo
tras la entrega de su casta
a un sacrificio irredento.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
Derechos Reservados
•Copyright ©
ni el firme acero del diestro;
un brillo negro impoluto
lleva tatuado en el cuerpo,
sopla un titán sus pulmones,
hierve un tornado en su pecho.
Ya olvidarán sus pezuñas
el fresco azul del riachuelo
tras la entrega de su casta
a un sacrificio irredento.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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