domingo, 23 de octubre de 2016
PIEL DE LEJANÍA
PIEL DE LEJANÍA
¡Oh, piel de lejanía! Sol divino
que del monte desciende hoy hasta el valle,
en su boca sedosa, Dios convino
que mi alma se diluya y luego calle.
No escogió mi pasión este camino,
nada acepté jamás que me avasalle;
es esta valla altiva mi destino
ante el soñado esbozo de su talle.
Toda belleza humana ante él es poca,
vaga mi aliento hasta la celosía
cuando sin indulgencia se pasea
en este pueblo inmóvil. Me disloca
el encanto vital de su hidalguía…
Toda belleza humana ante él se afea.
Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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