OTHELLO Y DESDÉMONA

Sin consuelo en la burla de mi hombría,
y, en ruta del infierno, perfilado,
reto a mi roto orgullo deshonrado
en la inflexión mortal del nuevo día.

¡Desdémona desnuda!, ¡diosa mía!,
hoy abres una herida en mi costado,
¿qué pudo darte él que no te he dado?,
sobre sus sombras ruge mi agonía.

No alcanzarás a ver mi sufrimiento,
rebuzna el corazón en su amargura
mientras rompe la fuente de tu aliento.

Después, amor, después de esta locura,
quiero inmolarme al pie de mi tormento
y de la noche hundir la empuñadura.


Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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