REQUIÉM PARA UN BOSQUE

(Soneto doble/ sonetto doppio)


REQUIÉM PARA UN BOSQUE


Al viento la canción de las esporas
se incendia con las horas
y arde bermejo el campo florecido;
al pino secular de las auroras
y alondras trovadoras
el fuego indiferente lo ha vencido.

¿A dónde anidarán aves cantoras,
con sus claves sonoras,
si a plena luz el bosque ha fenecido?,
y las rosas, de gracia, servidoras,
serán embajadoras
de la belleza extinta y de su olvido.

¡Qué pálida visión del ser humano!,
dejar de la barbarie consecuencia,
de toda su violencia,
en su quehacer proscrito y cotidiano.

¡Qué infame su pasión de soberano!,
no tardará en llegar la consecuencia
de la vital ausencia
de aquello que rasgó su propia mano.

Mardy Mesén R.
San José, Costa Rica.
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