Se aleja la razón al firmamento,
hechizas a mi mundo con malicia,
y el astro majestuoso, su caricia,
nos lleva al venturoso atrevimiento.
En ágil y profundo movimiento
mi vientre te entrelaza en su avaricia
anclado en el vaivén que lo desquicia.
Con ritmo de placer y de tormento,
tus venas se diluyen en mi nido,
la vulva se despierta en tu cascada
con llanto del sudor desinhibido.
Y el júbilo de formas penetrantes
nos deja con su lúbrica estocada
el vértigo de orgasmos crepitantes.
Mardy Mesén R.
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