Poemas (Redondilla- Quintilla y Tercetillo)

por Mardy Mesén Rodríguez (Notas) el jueves, 2 de agosto de 2012 a la(s) 18:23

Poema (Redondilla- Quintilla y Tercetillo)


Ataúdes por las calles
para los sueños que han muerto,
para las flores y el huerto,
que ayer poblaron mis valles.

Hoy el silencio ha llegado
con sus aullidos celestes,
sobre la tierra sus huestes
mi cuerpo ya han perpetrado,
con sus embates agrestes.

Sumida ya en su certeza,
tras bocanadas de ausencia
ato al dolor mi tristeza.


Poema (Redondilla-Quintilla-Tercetillo)

El arcángel Lucifér
tan rebelde y pendenciero
lleva en sus ojos luceros,
que muerte suelen traer.

Y lucra con las desgracias
de aquellos que bien elige,
es Lord del luto que inflige
con sus terribles falacias,
desde el orco que dirige.

Y en esa logia maldita
se ciñe ante los designios
de aquel que Dios resucita.


Poema (Redondilla-Quintilla-Tercetillo)

Rocinante es el caballo
de un ilustre personaje,
siempre fiel como lacayo
bajo armadura por traje.

¿Hacia dónde irá el Quijote?
después de enfrentar molinos,
perdido en tiempos cetrinos
con su espada y su capote
por los manchegos caminos.

Será un sueño su locura,
una visión que se agota
entre la extensa llanura.


Redondilla 1

En el andén de mi historia
importan más las estelas
el viento que ungió mis velas
que las albricias de gloria

Quintilla 1

Y ya en la quieta mañana
el sol mira mi querella
me envuelvo en la luz cercana
descanso en la paz más bella
como una diosa pagana.

Redondilla 2

Soy una flor recelosa
entre los juncos y helechos,
adornando tibios pechos
para el ajuar de la esposa.

Quintilla 2

En la sombra de un olivo
quiero creer que es posible
el abraso comprensivo
el perdón imprescindible
como un bálsamo expansivo.


Redondilla 3

Yo soy la sombra sin voz
el arpegio desterrado
un oasis olvidado
desde el balcón de tu adiós.

Quintilla 3

A mí me pesa en el alma
no haber sido quién querías
tampoco el sol de tus días,
ni tu atardecer en calma
¿Pero amor, quién te creías?


Redondilla 4

¿Decíme  porqué de pronto,
te volviste un desgraciado,
un viejo malhumorado,
con la figura de un tonto?

Quintilla 4

Entre las fauces del odio
va clamando diminuta
llevando el verso en su ruta,
brindando luz entre oprobio
con una fuerza absoluta.

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